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viernes, 17 de abril de 2020

HISTORIA DEL COMBATE LIBRE (I)

LOS MAESTROS DE JU-JITSU SE ENFRENTAN POR EL HONOR DE LAS ESCUELAS
Patrick Lombardo
Artículo publicado en la revista Kombat-Bushido nº 2. Enero 2002
Autor: Patrick Lombardo
Traducción: César Gómez

   Los combates que, a finales del siglo XIX, opusieron a los últimos grandes Maestros de Ju-jutsu, establecieron las bases de las artes marciales de hoy en día. El afrontamiento entre las escuelas permitió  a las técnicas de aquella época evolucionar de una manera decisiva.

   En 1882, un joven practicante de Ju-jutsu, con apenas 22 años de edad, decidió abrir su propia escuela de combate. Se llamaba Jigoro Kano y soñaba con crear una nueva disciplina que definió con el nombre de “Judo”. Kano dio un nombre a su club: el Kodokan. Pero, él no posee ningún “certificado de Maestro” que le autorice a actuar de esa manera. A pesar de que la tradición de aquella época era muy estricta; nadie puede enseñar artes marciales si no es titular de un certificado expedido por un Maestro reconocido.  Kano sabía a lo que se exponía; los alumnos de otras escuelas vendrían a desafiarle, para “fastidiarle el chiringuito” y poner su club patas arriba. El nivel de práctica de Kano no le permitía afrontar con seguridad esos afrontamientos. 
Sensei Jigoro Kano a la edad de 28 años

   El Judo, que sólo existe en esa época en el espíritu de Kano, está mal visto por las otras escuelas de Ju-jutsu simplemente porque Kano criticó el Ju-jutsu describiéndolo como una práctica brutal y anticuada. Kano quería que el Judo del Kodokan derrotara a todas las escuelas de Ju-jutsu, pero no tiene junto a él a ningún judoka de gran nivel. Esa es la razón por la que decidió reclutar, a sus propios gastos, al mejor combatiente de Ju-jutsu de aquella época: Shiro Saigo.

El Ju-jutsu protege al Judo

   El joven Shiro Saigo estudió las técnicas de combate a mano vacía en el seno del célebre clan Aizu, bajo la dirección de su padre adoptivo: Tanomo Saigo. Es un combatiente vivo, casi imposible de proyectar y muy agresivo. Dominaba a la perfección las técnicas que el mismo Kano no conocía y su acción fué determinante para el futuro del Kodokan. Saigo estudió igualmente el Ju-jutsu de la Escuela Tenshin-shinyo. Cuando aceptó “firmar” con el Kodokan, Saigo sabía que tendría que combatir contra los otros Maestros de Ju-jutsu.
Shiro Saigo y Tanomo Saigo

   La primera vez que Saigo tuvo que defender el honor del Kodokan fue contra dos expertos procedentes de la Escuela Tenshin-shinyo: Sakujiro Yokoyama y Takisaburo Tobari. Los dos hombres fueron derrotados y poco después se convirtieron en alumnos del Kodokan, y por lo tanto, de Shiro Saigo.

Vencer o retirarse

   Un día de 1884, dos años después de la creación del Kodokan, tres hombres se presentaron en el dojo de Kano, tres Maestros de Ju-jutsu que vinieron a lanzar un desafío. Se trataba de Matsugoro Okuda, Daihachi Ichikawa y Morikichi Otake. La historia recuerda sus nombres ya que se trató de un evento importante en el desarrollo del Ju-jutsu en Japón. Saigo era perfectamente consciente de lo que se jugaba en aquel encuentro. Si ganaba, otros adversarios vendrían para probar suerte, si perdía, tendría que abandonar el Kodokan y puede que el mismo Kodokan tendría que cerrar sus puertas. Otro problema pesa sobre los hombros de Saigo, como Maestro de Ju-jutsu, aceptó defender los colores del Judo. Por esta razón, no los otros adeptos no le aprecian demasiado.

   Cuando los tres hombres entraron en la sala, Saigo aún estaba vestido de calle. Después de haber aceptado el desafio, se vistió con su ropa de entrenamiento y se presentó en el centro del tatami. Su adversario fue Okada, más grande y más pesado que él.

Shiro Saigo

   Okada comenzó el combate agarrando las dos solapas del kimono de Saigo, su intención era proyectarlo al suelo varias veces hasta agotarlo y después aplicarle una llave o estrangulación decisiva. Flexible y más ligero, Saigo siguió los movimientos de su adversario sin oponerse y manteniendo una posición muy estable. De repente, Okada intentó una proyección hacia adelante, Saigo se deshizo del agarre y efectuó un salto hacia atrás. Okada se mostró sorprendido y enfurecido retomó el contacto atacando alternativamente a derecha e izquierda. Bruscamente, Saigo se deslizó bajo su adversario y le hizo caer rodando por encima de él y haciéndole caer sobre la cabeza. Cuando Okada cayó al suelo Saigo se retiró hacia atrás para retomar la distancia. Dejó que su adversario se levantara y atacó de nuevo con la misma proyección. De nuevo, Okada se encontró en el suelo. Con un gran esfuerzo consiguió levantarse e incluso provocó a Saigo gritándole: “Ven aqui !” El alumno del Kodokan, respondiendo a su provocación volvió a proyectar de nuevo a su adversario, siempre sobre la cabeza. Esta vez, Okada tuvo muchas dificultades para levantarse, mientras y Otake le animaban hasta que lo consiguió. De nuevo Saigo saltó una ultima vez hacia él y le aplicó una terrible proyección  en la que los dos brazos están inmovilizados. Resultado: es imposible amortiguar la caída. Okada cayó violentamente golpeando el suelo con la cabeza y permaneció inconsciente. La ultima proyección utilizada por Saigo es conocida con el nombre de “Yama-arashi”, que significa “tempestad en la montaña”. Es con esta técnica, prohibida hoy en día,  con la que Saigo vencerá en numerosos combates contra las escuelas de Ju-jutsu.



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