"El objetivo fundamental del Kajukenbo es hacernos sobrevivir a una agresión en la calle, el resto no tiene ninguna importancia"

domingo, 31 de mayo de 2020

JEAN-YVES THÉRIAULT

EL "DR JECKYLL" DEL FULL CONTACT
Jean-Yves Thériault
Entrevista publicada en la revista Karate n.º 86. Septiembre 1982
Autor: P.Y. Benoliel 
Traducción: César Gómez


   Durante un curso organizado en Marsella por Jean-Claude Wustenberg, los enviados especiales de “Karate”, Pierre-Yves Bénoliel y Michel Piquemal, se reunieron con el nuevo campeón del Mundo del peso medio, el canadiense Jean-Yves Thériault. Con 27 años de edad, 1’81 m de altura y 76’5 Kg, el sucesor de Bill Wallace ya tiene un palmares impresionante: 32 combates, 29 victorias, de las cuales 26 por K.O. ! No hace falta decir que detrás de su amabilidad y simplicidad se esconde un remarcado combatiente…


Karate: Jean-Yves Thériault, que sientes cuando subes a un ring?
Jean-Yves Thériault: No hay ningún tipo de maldad, pero lu único que me digo es que soy yo el que va a ganar. He trabajado mucho, me he privado de una vida social. Además, soy muy goloso, me gusta comer, y también me he privado en ese aspecto. Me he pasado tres horas diarias en un gimnasio recibiendo golpes y patadas. Y solo hay un responsable de todo esto; mi adversario. Y se va a enterar ! Me siento frustrado y cuando llego al ring, quiero que pruebe la misma medicina !
   Si arrincono a mi adversario, comienzo a golpear. Si no se defiende, continuo. Paro únicamente cuando el árbitro viene a separarnos. En cambio, cuando el combate ha finalizado, me siento deprimido y culpable porque le he hecho daño a un hombre. Ese no es mi objetivo, pero cuando llego al ring...no sé si conoces la historia, Dr Jekyll y Mr Hide? Es algo así. Quiero destrozar a mi adversario sera como sea. 
   Antes del combate no pienso en ello. Cuando me pongo las protecciones mi actitud cambia. Me vuelvo agresivo. Permanezco relajado, lo más tranquilo posible, evidentemente, es gracias a la experiencia. Pero algo me dice que debo ganar. Es por mi espíritu de competidor. Siempre he preferido los deportes individuales, siempre he querido ser el mejor. Por ejemplo, hubo una época en la que algunos jóvenes peleadores venían a correr conmigo por la mañana. Con los jóvenes siempre pasa lo mismo, como se dice en Canadá “mucha orina y vinagre”; siempre van a tope. Corrían lo más rápido posible y hacían la milla en 5 minutos, cuando el record mundial está en torno a los 4 minutos. Y yo, al verlos, me sentia obligado a correr más rápido que ellos. Siempre he sido así, tengo que ser mejor que los demás.
   He hecho 32 combates. Aunque me encuentre con un tipo que hace su primer combate, no le daré ninguna oportunidad. Si soy capaz, le voy a partir la cara. Si hago una carrera contra un cojo, le adelantaré lo más rápido posible. Peleo para ganar.

K: Hablanos un poco de ti, de tu infancia.
J.Y.T: Nací el 15 de Enero de 1955 en un pequeño pueblo de pescadores de New-Brunswick, en Canadá, que se llama Packetville. Mis padres se mudaron muy pronto para instalarse en el norte de Ontario. Pero seis meses mas tarde, mi padre falleció. Yo tenía tres años. Mi madre se marchó a vivir a Ottawa con mis cinco hermanos y yo. Para ella fue difícil educar a seis niños. Así que nos colocaron en diferentes hogares, no sé si conocéis esto en Francia, en Canadá se llama la Ayuda Social. Cada uno estábamos con una familia diferente, lo que hace que no llegase a conocer muy bien a mis hermanos durante mi infancia. Más tarde, a los diez años, nos reunieron a todos y nos convertimos en una familia muy unida.

K: A que edad comenzaste a practicar deporte?
J.Y.T: El deporte siempre ha formado parte de mi vida. He hecho Gimnasia Deportiva, Lucha, Hockey, Fútbol, Béisbol...y muchas más cosas. Nunca he formado parte de un equipo, me gusta el esfuerzo individual. No me gusta depender de otros. A los 18 años empecé a practicar Jiu-Jitsu. Hice durante tres años y participé en competiciones de Karate tradicional. Era verdaderamente deprimente; tenía buenos resultados, pero a menudo me descalificaban porque había tocado a mi adversario. Cuando comencé a practicar artes marciales yo quería aprender a defenderme. Era un chico un poco tímido y me inscribí en ese club se Jiu-Jitsu porque mi hermano y un amigo iban allí. 

Jean-Yves Thériault
   Así que, como te decía, me decepcionó un poco en el aspecto de la autodefensa. Entonces pensé: “Voy a practicar Boxeo, porque ahí la gente se pegan de verdad en los morros”. Una tarde fui a ver un combate de Boxeo, Mohamed Ali – Joe Frazier. En la primera parte había un combate del mundo de Full en semi-pesado; Jeff Smith contra Gary Mallow. De pronto, ni me fijé en el combate Ali-Frazier. No tenía ni idea de que existía el Full. Cuando vi eso, me dije: “Joder !! Eso es lo que yo quiero hacer !!” Eso fue mas o menos en 1975.
   Empezamos dos semanas más tarde, algunos amigos y yo, con nuestro instructor Jhon Thérien. Llevábamos zapatillas de deporte, petos, protecciones de tibia, rodilleras… Puede que lleváramos diez kilos de equipación encima ! Sobre la condición física, ni te cuento. No teníamos ni idea de como entrenarnos. Lo peor era la técnica: golpes con recorridos de tres metros de largo… Pero afortunadamente, los métodos de entrenamiento se desarrollaron, la técnica se mejoró poco a poco y cambiamos de protecciones. Siempre permanecí en el mismo club. Al principio, John Thérien, el profesor, 5º dan de Jiu-Jitsu, no sabía nada del Full-Contact. Tenía una decena de años de experiencia en diferentes artes marciales e intentó hacer todo lo que sabía. En un momento determinado se dio cuenta de que ya no me podía hacer progresar más. Entonces me llevó a entrenar con un boxeador, Guy Malette, que es mi entrenador actual.


K: Que te enseñó Guy
Malette?
J.Y.T.: Me enseñó como boxear; directos, uppercuts, ganchos, esquivas, contras...Me enseñó que dar golpes a tu adversario sin hacerse golpear, era el arte del combate. Desarrollamos una relación muy fuerte. Ahora, solo su presencia basta para hacerme actuar de forma correcta. No hace falta que me diga nada de nada. Es mi hombre del rincón y eso es muy tranquilizador, saber que tienes a tu lado a alguien que ha trabajado contigo durante horas en el gimnasio, que te conoce como nadie. Él sabe que antes de un combate me vuelvo un poco frío con la gente porque me estoy preparando mentalmente, así que aleja a los que me molestan. Si en el entrenamiento no me implico a fondo, enseguida se da cuenta de que hay algo que no va bien. Nunca me presiona, nos pusimos de acuerdo en eso: en combate, si me he preparado mal, yo soy el responsable.


K.: Entonces, Malette te enseñó el Boxeo y Thérien las técnicas de pierna?
J.Y.T.: Si. Guy me enseñó los golpes básicos  y John las técnicas de pierna. El resto lo perfeccioné yo mismo, siguiendo mis características individuales. Y creo que aún queda mucho por hacer. 

K.: Como te entrenas normalmente?
J.Y.T.: Me entreno seis días a la semana, haya combate o no. Es por el peso, como te he mencionado antes, soy muy goloso. Tengo que estar cerca de mi peso de forma, 76’500 Kg.

K.: Cuanto tiempo te paras antes del combate?
J.Y.T.: Me entreno hasta el día del combate, hago una carrera por la mañana.  Pero el secreto es, la intensidad. Si tuviera un combate dentro de un mes, comenzaría el entrenamiento serio ahora. La primera semana me entrenaría con una intensidad un poco más fuerte que de costumbre. La semana siguiente atacaría el “sparring” bastante fuerte. La tercera semana sería la más dura; “sparring” al cien por cien, saco, todo… Te destrozas dos horas al día. La última semana, la del combate, lunes y martes igual, entrenamiento duro. Miércoles disminuyo la intensidad, corro al cincuenta por ciento, hago solo dos o tres asaltos de “sparring”. Jueves, continúo con la carrera. La carrera disminuye considerablemente en la semana del combate; máximo dos kilómetros. El Jueves hago ejercicios de calentamiento, estiramientos, un poco de “sombra”, algunas patadas… Nada que me haga trabajar demasiado duro. Viernes, igual. Muy relajado, una media hora en el gimnasio, lo justo para relajar los músculos, un poco de sudor y ya está. Sábado por la mañana voy a correr, solo para relajarme, muy suave. Y Sábado por la tarde hago el combate. Es la intensidad lo que cuenta, no la cantidad. Cuando alguien me dice: “Yo me entreno seis horas al día”, creo que no debe ser un entrenamiento muy duro. 


K.: Como se desarrolla una de tus jornadas?
J.Y.T.: Me levanto sobre las ocho para ir a correr. Un cuarto de hora de calentamiento y luego corro. Lunes, Miércoles y Viernes hago una carrera de distancia: entre 4 y 8 millas (entre 7 y 14 kilómetros). Martes y Jueves hago “sprints” (carreras de velocidad) sobre 200 metros. Cuando llego al final de la distancia, regreso corriendo muy relajado. Cuando llego a la línea de salida, vuelvo a comenzar. Lo hago 12 veces. Los fines de semana hago bicicleta o tenis: nada de entrenamiento, pero siempre algo físico. Después de la carrera, quince o veinte minutos de estiramientos. Luego regreso a casa y me preparo mi desayuno, como. Luego leo, miro un poco la televisión, voy a hacer algunas compras a la ciudad, mi mujer Susana me deja una lista (se ríe). Intento descansar todo lo que puedo. A menudo duermo un cuarto de hora. 
   Sobre las 12 y media voy al gimnasio. Cuando llego comienzo con mi calentamiento, que dura una media hora. Hago cuerda, sombra, desplazamientos en el “ring”. Patadas, puños, combinaciones. Hago saco, manoplas y un poco de musculación. Menos flexiones que al principio, creo que el saco compensa. Hago abdominales, balón medicinal. Después realizo algunos ejercicios del calentamiento, prefiero disminuir gradualmente que parar en seco. Este entrenamiento dura alrededor de una tres horas. Luego vuelvo a casa. Algunas tardes preparo la merienda, otras lo hace mi mujer. Ella también trabaja. A veces comemos fuera. Después vuelvo al gimnasio para dar mis clases.


K.: Enseñas Full-Contact?
J.Y.T.: Exacto, dos tardes por semana. Por desgracia los chicos están más interesados en una vida social normal. A menudo, los que vienen a mis clases lo hacen solo por la condición física.


K.: Una pregunta un poco rara: cuando dejas de comer antes de un combate?
J.Y.T.: Generalmente peleo por la noche, sobre las 11’00h. Dejo de comer a las 15’00h, si es posible. A veces solo hago el desayuno. Cuando lo hago tengo mucha hambre. Y eso, es otra cosa que me condiciona. Es mi adversario el que no me deja comer !! Cuando entro en la arena, tengo hambre. 

K.: Como te convertiste en campeón del mundo?
J.Y.T.: Cuando comencé a practicar Full-Contact nunca pensé que acabaría clasificándome entre los diez primeros. Puede que hiciera unos quince combates y un día, me colocaron entre los aspirantes, y así me convertí en campeón de Canadá. Tenía dos derrotas en quince combates. En mi segundo combate me enfrenté a Murray Sadullan. Él había peleado contra Spinks por el título mundial de los semi-pesados en Boxeo...me abrió una ceja y detuvieron el combate. Mi otra derrota fue contra Blinky Rodriguez. No sabía que estaban permitidos las patadas en las piernas (reglas de la W.K.A.) y sus “low-kicks” me hicieron perder la concentración. Ese fue mi combate numero doce.

   Considero que mis primeros veinte combates fueron mi carrera amateur, ya que no tuve carrera amateur ! Debuté con los profesionales, así que tuve que aprender mi oficio rápidamente.


K.: Aún recuerdas tu primer combate?
J.Y.T.: Claro que si ! Fui tan agresivo que mi adversario abandonó en el segundo asalto. Se dijo: “Este tipo está loco ! Me va a matar” Gané por KO técnico.

K.: Volvamos a tu título mundial.
J.Y.T.: Si. Así que, me clasifiqué entre los diez primeros, pero entre los potenciales aspirantes. Habían escrito mi nombre fatal ! Eso me hizo tener aún mas ganas de pelear. Me dije: “Un día escribirán mi nombre correctamente”.
   Continué y me encontré clasificado en el número diez. En ese momento, me marqué unos objetivos: voy a ganarle a este, luego a este otro... En aquella época tenía la impresión de que un día me enfrentaría a Bill Wallace, el campeón del mundo, y que lo iba a destrozar. Pero aún me quedaban algunos adversarios que afrontar antes de poder combatir a Wallace. Cuando me enteré de que se retiraba que quedé muy decepcionado. Pero ya tenía treinta y cinco años y ya no era el combatiente de otros tiempos. Así que el título se quedó vacante. En aquella época yo debía estar clasificado como el aspirante número cuatro.   
 Hicieron pelear a los cuatro primeros entre ellos. Gané a Emilio Narvez por KO y Dan Wilson le ganó a Rodney Batiste. Yo tenía que enfrentarme a Dan Wilson por el título mundial en Ottawa (Canadá), el combate estaba organizado por mi manager John Thérien (solemos tener entre 4 y 5 mil espectadores cada vez). Pero Wilson rechazó hacer el desplazamiento y dejó la P.K.A. por la W.K.A.
   En ese momento me pusieron frente a Robert Biggs, de St Louis (USA) , el último en haber combatido a Bill Wallace. El combate fue una decepción para todo el mundo. Le abrí la cabeza con una patada (le dieron sesenta puntos de sutura) y gané por KO en el primer asalto. Fue en Noviembre de 1980 en Ottawa (Canadá).
   Defendí mi título la primera vez contra Rodney Batiste y gané a los puntos en doce asaltos. Fue ahí donde el título entró realmente en mi cuerpo: le gané por decisión absoluta de todos los jueces. Entonces, me dije: “bueno, puede que sea cierto, soy campeón del mundo”. Pero aún era Jean-Yves Thériault, el mismo tipo que practicaba Jiu-jitsu. En Ottawa pueden gastarme muchas bromas, pero si me desplazo, la gente reacciona al título; lo ven como algo extraordinario. Es cierto ya que, sólo hay un campeón del mundo en mi categoría, solo hay uno como yo ! Así que me pongo los pantalones igual que los demás, la pierna izquierda después de la derecha !

K.: Cual es tu palmares?
J.Y.T.: Treinta y dos combates, veinte y nueve victorias, de las cuales veinte y seis por KO. 


K.: Cuanto ganas por combate?
J.Y.T.: Por el título mundial puedo ganar hasta 20.000 dólares. Por  un combate normal, yo lo llamo un combate por dinero, 10.000 dólares.


K.: Donde se encuentra el Full-Contact en los Estados Unidos con respecto a la televisión?
J.Y.T.: Existe una cadena nacional que cubre cuarenta y cinco estados, y retransmite Full-Contact cada lunes. El público en general conoce este deporte. Incluso en Canadá, la televisión regional repasa mis combates una docena de veces. El full se está volviendo muy popular. Contrariamente al Boxeo, que sigue estando muy reservado a los hombres, son las familias enteras, el padre, la madre, los niños, los que vienen a asistir a los combates. Es una de las razones por las que el público es tan numeroso. Pero lo que realmente nos ha ayudado es la televisión. 


K.: Como juzgas la influencia de Bill Wallace sobre el Full-Contact?
J.Y.T.: Al principio, todo el mundo quería imitar a Bill Wallace. Ahora, la gente hace patadas mas simples, por ejemplo la patada frontal (Mae-geri), Se puede trabajar en diferentes distancias y los encadenamientos son más fáciles. La gente se dio cuenta de que la técnica de Bill Wallace solo era buena para él; era el único en poder aplicarla con éxito. No tienes que abrirte totalmente de piernas ni de triplicar tus patadas circulares (Mawashi-geri) con la misma pierna. Esa época ha pasado. Ahora, un combate de Full es una batalla, como dos gatos que se tiran uno encima del otro...a lo que añadimos la técnica (sonríe). 
   Los combates de Full que he visto en Europa aún se parecen mucho al Karate. He visto el combate Ardissone – Villani, el público reacciona cada vez que se marca un punto. No hay suficientes encadenamientos. En los USA, los dos combatientes se lanzan uno contra el otro y efectúan una serie de intercambios de puños y piernas. Hay mucha mas acción. Personalmente, me gusta pelear con la pierna izquierda adelantada. Si mi adversario intenta girar, mi pie izquierdo se desplaza para “cortarle el ring”, así se llama eso. Él, se sentirá acorralado, no sabrá que hacer y no tendrá más remedio que avanzar hacia mi.

K.: Eres un pateador o mas bien un boxeador?
J.Y.T.: Puede que tenga mas preferencia por los puños, por culpa de mi entrenador. Siempre se lanzan muchos mas, es más corto, mas rápido. Pero también intento utilizar las piernas.



K.: Tienes alguna estrategia en particular durante el combate?
J.Y.T.: Durante los dos primeros asaltos estudio a mi adversario. En los dos siguientes intento hacer que se enfade, que pierda su concentración haciendo muchos movimientos, siempre avanzando, cortándole el ring, intentando arrinconarle en las cuerdas. De esta manera, con una presión constante, desanimo a aquellos que quieren “correr” y controlo el combate. Eso me gusta. Cortar el ring y atrapar al adversario en un rincón. Esta táctica me ha ayudado mucho, el saber desplazarme. Gracias a mi juego de piernas ellos no saben que tipo de iniciativa tomar, OK? Están limitados ya que no conocen los desplazamientos a lo largo de las cuerdas. Aprendí a hacerlo al principio de mi carrera, ya que me hice arrinconar una vez. Pero ahora, como te he dicho, el estilo de los combates ha cambiado.

K.: De que manera?
J.Y.T.: Ya no es la velocidad de los golpes lo que cuenta, sino la eficacia. Si lanzo tres puñetazos y dos patadas y solo uno llega a su objetivo, estoy satisfecho. Trabajo con series bom-bom-bom-bom-bom… En general, sobre cinco golpes siempre hay uno que toca de verdad. Ese es el estilo de combate que la gente utiliza hoy en día; muchos mas encadenamientos.
   Antes, y he visto que eso es así en Europa, era muy parecido al Semi-Contact. Antes se jugaba. Ahora nos peleamos de verdad; nos damos golpes en la mandíbula, patadas en el estómago, intentamos arrancar la cintura… En lugar de dar una patada circular y poner el pie en el suelo felicitándose “Que bien, he golpeado al adversario !”, vas a encadenar patada circular, patada frontal, jab, gancho… Antes, quiero dejarlo muy claro, se intentaban acumular los puntos individualmente; patada circular, un punto,  jab, un punto… El sistema de punteo no tiene nada que ver con eso. El ganador de un asalto recibe 10 puntos. Aunque hayas golpeado 150 veces, solo recibes 10 puntos.  


K.: Has impartido varios seminarios en Europa. Según tu opinión, cual es el nivel del Full Contact en el viejo continente?
J.Y.T.: Creo que técnicamente los europeos son buenos, incluso muy buenos. En América, la gente es menos fuertes en técnica, pero son mucho mas malos. Se implican al cien por cien durante el combate, mientras que aquí la intensidad no es mas que un cincuenta por ciento, por culpa de ese estilo del que hemos hablado (un punto cada vez). Después de un combate de nueve asaltos los chicos deberían estar agotados. En USA, después de un combate de tres asaltos, incluso los amateurs están agotados ! Sobretodo los amateurs ! Se implican al ciento cincuenta por ciento. El amateur es el combatiente por excelencia. Puede que no sea técnico, que le falte experiencia, pero tiene el corazón en el combate. El dinero no cuenta, es el orgullo ! Un profesional, a veces, piensa demasiado en el dinero.
   Pienso que hay mucho más talento de lo que la gente piensa, en Europa que en América. Solo hay que volverse un poco mas malo. No me gusta decir eso, pero un combatiente puede comprenderme: la agresividad. Dicho esto, los americanos están un poco mal de la cabeza, sabes? Después de los Estados Unidos está el cielo ! No existe nada mas. Algunos competidores americanos dijeron que Europa estaba diez años retrasada. Yo he venido aquí, lo he visto y se que es falso. Puede que tengáis un año de retraso, pero no sois peores que los americanos: se os ha enseñado a hacerlo de esa manera, eso es todo.  Pasa lo mismo que con Bill Wallace, lo que hemos hablado antes. En mis cursos intento decirle a la gente que no hay que copiar a una persona, sino trabajar como individuo.


K.: Hay un combatiente en USA que te haya impresionado particularmente?
J.Y.T.: No creo. En mi categoría,  sobre los diez primeros, le gane a siete, y a algunos dos veces. El nivel mejora sin cesar, no puedo nombrarte a una persona en particular.   

K.: Sigues algún régimen especial?
J.Y.T.: No. Intento comer con la mayor normalidad posible.

K.: Cuales son tus “hobbies”?
J.Y.T.: Evidentemente el deporte. Me gusta la moto, el golf, el tenis… En invierno practico el esquí, la moto de nieve, hockey, la “luge”. Vamos al cine, al teatro. Hay un cantante de Opera que aprecio de forma particular, Luciano Pavarotti, es un fenómeno. En realidad, me gustan muchas cosas, soy una persona muy normal !                                      
                                               

miércoles, 20 de mayo de 2020

HISTORIA DEL COMBATE LIBRE (IV)

LAS VICTORIAS DE TANABE O...LA REVANCHA DEL JU-JITSU !!
Patrick Lombardo. Fundador del Pankido
Artículo publicado en la revista Kombat-Bushido n.º 6. Nov/Diciembre 2002
Autor: Patrick Lombardo
Traducción: Cesar Gómez

Mataemon Tanabe, campeón de Ju-jitsu, derrota uno a uno a todos los combatientes del Kodokan y da un duro golpe a la reputación del Judo.


   Nos encontramos en 1891. Shiro Saigo, el campeón invencible, abandonó el Kodokan por motivos personales y el Judo de Kano ya no se beneficiaba de la gran ayuda que representaba este maestro de Ju-jitsu. Las antiguas escuelas comenzaban a acercarse al Instituto de Kano que, a cambio, daba a los profesores de Ju-jitsu puestos claves como “profesores de Judo” en las escuelas y Prefecturas de Policía. Pero un hombre se resistía ante todo esto y no aceptaba esa situación. Se llamaba Mataemon Tanabe.
Mataemon Tanabe
   El Kodokan decidió organizar un combate. Por un lado un cierto Tobari, entonces 3º dan, y por otro Tanabe, especialista del combate en el suelo. Desde el principio del afrontamiento Tobari intentó proyectar a su adversario pero fue él quien fue llevado al suelo donde sufrió una estrangulación que le obligó a abandonar. La noticia recorrió toda la ciudad: el Kodokan había sido derrotado !! En el corazón de los viejos maestros de Ju-jitsu se acababa de encender una luz de esperanza y orgullo.
   Por su parte, Tobari perfeccionó sus técnicas en el suelo y algunos meses mas tarde, lanzó un nuevo desafío a Tanabe. Este aceptó y de nuevo volvió a someter a su adversario en el suelo ! Como consecuencia de esta nueva victoria, Tanabe se convirtió en el nuevo punto de referencia del Ju-jitsu. En las semanas y meses que siguieron, lanzó desafíos a varios judokas, ganando todos sus combates siempre en el suelo.
   Esta serie de victorias se acabó el día en que Tanabe afrontó a Hajime Isogai. Entonces 3º dan de Judo, Isogai era un excelente combatiente; muchos años mas tarde alcanzará el 10º dan de Judo y dirigirá la célebre sección de Judo/Ju-jitsu del célebre Butokukai.
   El día del combate, Isogai se empeñó en lanzar sobre Tanabe una proyección del tipo Hane-goshi (movimiento de cadera). Tanabe consiguió contener la furia de su adversario pero no pudo llevar el combate al suelo y el combate fue declarado nulo. Poco después, Tobari, que no bajó la guardia, lanzó un nuevo desafío a Tanabe. Esta vez el combate pareció un ajuste de cuentas. Tobari atacó con violencia pero Tanabe pudo controlarle, llevarle al suelo y encontrándose sobre el, le colocó una estrangulación hasta dejar inconsciente a Tobari.
Mataemon Tanabe aplicando Juji-Gatame

   En 1898, en Osaka, Tanabe afrontó a otro defensor del Kodokan, Kimotsuki. El judoka colocó una proyección y Tanabe cayó sobre la cabeza, perdiendo el conocimiento. Se organizó una revancha poco tiempo después y Tanabe ganó el combate, en el suelo. Después de estos combates, Tanabe y el judoka se entrenarían juntos a menudo, transmitiéndole así su ciencia del combate en el suelo.
   Mas tarde, en Kyoto, Tanabe se enfrentó a un antiguo Ju-jitsoka que se había pasado al Judo, Hiooka. El combate tuvo lugar delante de la familia imperial y Tanabe colocó una llave de rodilla que lesionó gravemente a su rival. Este fue uno de los últimos combates del campeón de Ju-jitsu.
   Después de la retirada de Tanabe, el Judo continuó expandiéndose y no hubo ningún campeón de Ju-jitsu para contrarrestarlo. No obstante, los éxitos de Tanabe no se quedaron en el aire, sin ningún efecto. Al contrario, Isogai, consciente de la importancia del trabajo en el suelo se convirtió en un verdadero especialista en este terreno. Más tarde, cuando dirigió el Judo del Butokukai formó a excelentes combatientes en esta especialidad. Y cuando los judokas del Kodokan afrontaron a los del Butokukai, casi siempre fueron derrotados en el suelo. Es difícil decir en que medida las técnicvas de suelo de Tanabe fueron recuperadas por el Judo. Hoy en día, la disciplina reina del combate en el suelo es el Jiu-jitsu brasileño. Se impone una pregunta. Las técnicas de suelo del Ju-jitsu japonés influenciaron al Jiu-jitsu brasileño, y si es así, de que manera?  

domingo, 10 de mayo de 2020

HISTORIA DEL COMBATE LIBRE (III)

EL FUROR DE SHIRO SAIGO Y LA VICTORIA DEL KODOKAN

Patrick Lombardo. Fundador del Pankido
Artículo publicado en la revista Kombat-Bushido n.º 5. Octubre 2002
Autor: Patrick Lombardo
Traducción: Cesar Gómez

   El maestro de Ju-jitsu, Shiro Saigo aseguró definitivamente la reputación del Kodokan durante un increíble encuentro organizado en la Prefectura de Policía de Tokio, en 1886.


   En 1886, la victoria de Tsunejiro Tomita sobre Hansuke Nakamura reforzó la reputación del Kodokan. considerado como una de las escuelas de artes marciales mas eficaces de Tokio. La escuela de Kano tenía en ese momento cuatro años de existencia y sus campeones, entrenados por Shiro Saigo, parecían poder enfrentarse a cualquier persona. En Junio del mismo año, el prefecto de la Policía, Tsuyo Mishima, organizó un encuentro entre las diferentes escuelas de Ju-Jitsu de la ciudad y el Kodokan estaba en la lista de escuelas invitadas. Para los representantes del Ju-jitsu antiguo, es una ocasión única para probar su superioridad y destrozar las pretensiones de Kano.


Una competición con consecuencias incalculables


   Durante las semanas que precedieron al encuentro, los miembros del Kodokan redoblaron el ardor en el entrenamiento. Kano les informó de lo que se jugaban en la competición y todos fueron muy conscientes que su futuro se iba a jugar sobre el gran tatami  de la Prefectura de Policía. El día “J” se presentaron las principales escuelas de Ju-jitsu de Tokio: Ryoi-shinto-ryu, Yoshin-ryu, Takeuchi-santo-ryu, Sekiguchi-shin-shin-ryu, etc. El Kodokan, por su parte, estaba representado por un equipo en el cual los líderes son: Tsunejiro Tomita, Sakujiro Yokoyama, Yoshiaki

La leyenda del gran Judo (Akira Kurosawa, 1943)
Yamashita, Ichiro Munekata, Katsutaro Oda, Matsujiro Honda, Hoken Iwasaki, Shizuya Iwanami y por supuesto el invencible Shiro Saigo.
   Los combates comenzaron por la mañana y se vio la eliminación sucesiva de casi todas las escuelas clásicas de Ju-jitsu. Por la tarde, dos escuelas seguían en la competición para la gran final: la Yoshin-ryu del maestro Totsuka y el Kodokan de Kano. La tensión era extrema.
   Yoshiaki Yamashita venció a Taro Terushima con una proyección en pie del tipo Ippon-seoi-nage (proyección por encima del hombro). Ichiro Munekata estranguló a su adversario hasta dejarlo inconsciente. Sakujiro Yokoyama también ganó su combate, mientras que Katsutaro oda hizo combate nulo. Hoken Iwasaki y  Shizuya Iwanami fueron los únicos que perdieron sus combates.


Shiro Saigo entra en escena


   El combate estelar era el que oponía a Shiro Saigo contra Entaro Kochi, apodado “el demonio de la escuela Totsuka”. El nombre de los dos adversarios estaba inscrito en una pizarra y el público estaba cada vez más nervioso. Fue Kochi el primero en presentarse sobre el tatami por un lateral, después apareció Saigo por el lateral opuesto. Con respecto a Saigo, Kochi era considerado como un gigante y muchos espectadores apostaron por una victoria del representante de la Yoshin-ryu. Sobre todo por el aspecto mucho más pequeño de Saigo, además de llevar un uniforme de combate en dudoso estado. El Kodokan ya era el gran vencedor de la competición, pero Saigo quería obtener una victoria personal.
La leyenda del gran Judo (Akira Kurosawa, 1943)
   Después de unos momentos de observación, Kochi lanzó el primer ataque: una forma antigua de Uchi-Mata. Saigo se sobrepuso al ataque y aprovechó para deshacerse del Kumi-kata (agarre del kimono); fiel a sus costumbres, retrocedió rápidamente situándose a unos tres metros de su adversario. Kochi, sin esperar, se precipitó de nuevo sobre el representante del Kodokan que, de nuevo, se deshizo del agarre y retrocedió algunos metros. ¿Saigo estaba intentando rehuir el combate? ¡ Seguramente que no ! Bruscamente, se lanzó al cuerpo a cuerpo e intentó desequilibrar a Kochi con movimientos laterales de todo el cuerpo, aunque, la diferencia de peso entre los dos adversarios era muy grande y fue Kochi quien encontró primero el hueco. Comenzó a ejecutar Tai-otoshi y Saigo se encontró volando por el aire. Durante un instante todos creyeron que estaba vencido, pero el guerrero del clan Aizu se revolvió en el aire cayendo sobre los pies. Fue entonces cuando grito: “No he sido derrotado”.
   El público exclamó con estupor, pero Kochi no se dejó intimidar. Entonces, se puso a atacar sin descanso, intentando romper, con la potencia de sus movimientos, la flexibilidad de su adversario. No obstante, no había nada que hacer y al final fue Saigo el que consiguió la ventaja. Comenzó a ejecutar O-uchi-gari, Kochi notó que el final del combate se acercaba, consiguió liberarse de las piernas de Saigo y levantando a su adversario sobre los hombros, le proyectó violentamente al suelo.  El maestro de la Yoshin-ryu debió pensar sin duda alguna que había ganado el combate, pero de nuevo, Saigo aterrizó sobre sus pies. Si esperar, el representante del Kodokan se lanzó sobre su oponente y le aplicó sus técnica favorita, Yama-arashi. Kochi golpeó fuertemente el tatami con la cabeza y quedó inconsciente en el suelo.
   Entre el público, el maestro Hikosuke Totsuka acababa de comprender que el reinado de su escuela en el seno de la Policía de Tokio se había acabado. A partir de ahora, gustara o no, las artes marciales japonesas tendrían que contar oficialmente con el Ju-jitsu del Kodokan, al que algunos llamaban Judo. Para Kano, fue una victoria extraordinaria. Pero atención; el Ju-jitsu antiguo no había muerto y los miembros del Kodokan pronto se darían cuenta...a costa suya !!


viernes, 1 de mayo de 2020

Sensei KUROSAKI

Kenji Kurosaki
Entrevista realizada por la revista Karate Bushido. Años 90
Autor: Jean Paul Maillet
Traducción: César Gómez

   Ha formado a grandes campeones: Fujiwara, Shima, Tabata y a los pioneros europeos, Patrick Brizon y Jan Plas. Hoy, el Maestro indiscutible del Kick-Boxing inicia una nueva etapa gracias al regreso en fuerza del boxeo WKA en Japón.

   Creíamos que estaba muerto y enterrado después de la retirada de las estrellas que marcaron sus días más gloriosos; Fujiwara, Shima, Tabata, etc. y por supuesto “el Jet”, verdadero ídolo en el país del Sol Naciente. Hoy en día, el padre fundador del Mejiro Gym de Tokio, Kurosaki, ya tiene algunas arrugas, pero su mirada severa apenas pudo retener algunas lágrimas cuando contempló el Budokan repleto con más de diez mil espectadores. Así como el kick-boxing, del que es uno de los creadores, Kurosaki no ha olvidado las lecciones que impartió a un tal Jan Plas o al desaparecido Patrick Brizon. Puesto que hoy, sobre el ring del Budokan de Tokio son los europeos las auténticas vedettes. Los alumnos directos o indirectos de sus antiguos alumnos: Rob Kaman, Don Nakaya Nielsen, Maurice Smith y por supuesto Fred Royers, el presidente europeo del Kick-Boxing, único occidental en haber destronado al último gigante japonés Toshio Tabata, por el título mundial WKA en 1985.

Señor Kick Boxing

Kenji Kurosaki
   Kurosaki descubrió Europa a través de Holanda. En 1965 conoció a Jhon Bluming, figura legendaria del Karate Kyokushinkai en Holanda. Esta último se marchó a entrenar a Japón. Pero, para Kenji Kurosaki, la práctica del Kyokushinkai remonta a 1953 cuando conoció a Mas Oyama, un hombre que cambió su vida. Aunque aún estuviera muy ligado al Karate, en los años 60 descubrió el Muay Thai. Después del Kyokushinkai, este estilo de combate le pareció aún más cercano a su ideal. En esta época viajó durante nueve meses a Holanda y a su regreso a Japón dejó definitivamente el Karate y rompió con Oyama.
  Fue entonces cuando sintiéndose preparado para crear su propio estilo en función de todas las experiencias que había tenido, fundó el Shin Kakuto Jitsu.
Toshio Fujiwara
   En 1969 abrió una sala en un barrio de Tokio llamado Mejiro; esta sala, cuyo nombre dará la vuelta al mundo y que será retomado por sus alumnos, se llamó Mejiro Gym. Un nombre simbólico ya que encarna el kick-boxing japonés, duro, sin piedad, marcadamente eficaz. Desde entonces, una corte de campeones salen de la “fabrica” Kurosaki. Los primeros se llamaron Yasuchi, Matsuishi, Kunimitsu Okao, Kimura, Akira Fujihira y por supuesto los grandes Mitsiu Shima y Toshio Fujiwara, el primero y último kick-boxer en derrotar a los campeones tailandeses, con sus reglas, en su casa, y mostrando una voluntad superior a la suya. Lo nunca visto…

El padre de Europa

Rob Kaman y Jan Plas
   Desde la creación del Mejiro Gym, la reputación de Kurosaki fue inmensa. Se le considera como un verdadero gigante del kick-boxing y su enseñanza tiene la reputación de ser el “nec plus ultra”. Su influencia sobre Europa fue determinante cuando, unos años mas tarde, dos europeos, Jan Plas y Patrick Brizon, se dirigieron, por separado, a Japón para estudiar kick-boxing con el gran Maestro. Seguramente por esta razón, Francia y Holanda son las dos naciones europeas que poseen la mayor cantidad de campeones en este estilo. Por desgracia, en nuestro país, Patrick Brizon desapareció demasiado pronto para completar el trabajo que, por su lado, realizó Jan Plas en Holanda. Entrenador, hasta el año pasado, en el Mejiro Gym de Amsterdam, Jan Plas estuvo clasificado en el ranking japonés, durante su estancia en Japón. El estilo de enseñanza que se trajo desde el país del Sol Naciente, aún impregnado de la escuela marcial del Karate, se propagó por toda Holanda hasta Alemania, Gran Bretaña, Bélgica y Francia.
Patrick Brizon
   No hay que sorprenderse del rigor de una clase de kick-boxing impartida en el Mejiro Gym o en el K.B. de Arhem de Fred Royers, el antiguo pupilo de jan Plas con Rob Kaman, André Brilleman, Lucien Carbin, etc. Todos combatientes extremadamente duros, todos campeones del mundo WKA (el estilo que más se acerca al de Kurosaki). 
   Muy alejado del Boxeo Americano o Francés, el kick-boxing de Kenji Kurosaki está impregnado de una filosofía del coraje, de la determinación y de la realidad del combate. Después de haber despojado su arte de toda técnica superflua, Kurosaki consiguió crear uno de los instrumentos más notables en un ring manteniéndose al alcance de una práctica occidental que aún sufre de la imagen obsoleta del “full contact”.

El nuevo Kurosaki

   A los sesenta años, Kenji Kurosaki hace un formidable retorno en la arena del kick-boxing abriendo un nuevo Mejiro Gym, más grande. En la planta baja se encuentra un pequeño restaurante familiar con una inmensa pantalla de video en la que se puede, a la moda Karaoke, pasar videos musicales cantando las palabras que desfilan bajo la pantalla. Al Sensei le encanta… En la primera planta está la sala de entrenamiento con el despacho del maestro colocado de manera a que no se le escape nada. Ring, sacos de kick, material ligero de musculación, hay de todo.
   Encima están las habitaciones de los estudiantes que pueden permanecer varios días, semanas o meses. Durante su estancia, serán alimentados, vivirán allí y serán perfectamente entrenados…
   Una pequeña sala de meditación se encuentra al fondo del pasillo a la izquierda. Y por encima se encuentra la última planta, el apartamento de Sr. y Sra. Kurosaki. Un edificio, como se puede ver rápidamente, dedicado al kick-boxing.
   Mientras que la “All Japan Organisation” crea un evento cada dos meses en Tokio organizando organizando “paquidérmicas” galas en las que se invita a los mejores combatientes del mundo , asiáticos, americanos y europeos, el Mejiro Gym de Kenji Kurosaki funciona de nuevo a todo gas. Y ahora, cuando tendremos un nuevo Toshio Fujiwara?



viernes, 24 de abril de 2020

HISTORIA DEL COMBATE LIBRE (II)

LOS COMBATES CAUSAN FUROR EN LAS ESCUELAS DE JU-JITSU
Patrick Lombardo
Artículo publicado en la revista Kombat-Bushido nº 4. Junio 2002
Autor: Patrick Lombardo
Traducción: Cesar Gómez

   Durante una demostración privada, un maestro de Ju-jitsu lanzó un desafío de honor a Tsunejiro Tomita, delegado del Kodokan. Lo que sigue fue un combate épico…

   En 1884, la victoria de Shiro Saigo sobre Matsugoro Okuda dio mucho que hablar. La escuela de Jigoro Kano, el Kodokan Judo, empezó a labrarse una buena reputación. Se la respetaba porque Shiro Saigo era muy bueno, pero al mismo tiempo se la despreciaba porque Kano había “cocinado” su propio Ju-jitsu y no por culpa del Judo que, para muchos, no existía.

El Kodokan es atacado de nuevo

   A principios de 1886, un maestro de Ju-jutsu, Magoroku Hachitani, organizó la inauguración de su nuevo dojo. Para esta ocasión invitó al Kodokan para que enviase a cuatro de sus representantes; Tsunejiro Tomita, Takisaburo Tobari (antiguo practicante de Ju-jitsu derrotado por Saigo y convertido al Kodokan), Junshin Arima y Bunzo Matsuda. Durante la ceremonia, Tomita efectuó una demostración técnica  con Mamoru Hachitani, el hijo mas joven del maestro Hachitani. Todo salió muy bien pero nada más terminada la demostración un hombre de gran envergadura salió de entre el público. Se había puesto el traje de combate y se dirigió hacia Tomita. Empezaron a oirse muchos murmullos y la tensión subió rápidamente. Este hombre no era cualquier persona, se trataba de Hansuke Nakamura, de la escuela Ryoi-shinto-ryu. Era uno de los maestros de Ju-jutsu con mas reputación de la Policía de Tokio. “¿Quiere usted hacer un intercambio conmigo?”...le lanzó a Tomita. El tono no dejaba ninguna duda y el desafío estaba claro: vengar a Okuda. El miembro del Kodokan, consciente de la importancia del suceso, aceptó el desafío.

¡Plancha japonesa!

Tsunejiro Tomita
   El combate comenzó. Nakamura, más grande y más fuerte que Tomita atacó de forma desenvuelta y calculada, poniendo toda su fuerza en los hombros y brazos. Tomita, que se entrenaba regularmente bajo la dirección de Shiro Saigo, permaneció relajado y súbitamente explotó deslizándose bajo su adversario. Nakamura, sorprendido por esta acción inesperada, no tuvo tiempo para frenar el ataque. Tomita ejecutó una espléndida “plancha japonesa” (tomoe-nage) y Nakamura cayó pesadamente al suelo después de haber descrito un gran movimiento circular con su cuerpo. Hoy en día, en una competición de Judo, una técnica semejante daría la victoria a su autor. Pero aquí no estábamos en un torneo de Judo, se trataba de un combate de Ju-jitsu...así que el combate continuó.

El combate va al suelo

   Mas prudente, a causa de ese primer fracaso, Nakamura cambió de táctica. Agarró fuertemente a Tomita por la manga y el cuello del kimono y le empujó haciéndole atravesar la pequeña sala hasta placarle finalmente, con un ruido seco, contra las planchas de la pared del dojo. ¿El combate se iba a desarrollar en el cuerpo a cuerpo? Nada de eso. Evitando la presión de su adversario, el miembro del Kodokan pivotó contra el muro, se dejó caer al suelo y efectuó un nuevo tomoe-nage que proyectó a Nakamura a lo largo de la pared. El maestro de Ju-jutsu se estaba levantando cuando Tomita atacó de nuevo. Entonces, el combate adquirió otra dimensión. Nakamura agarró a su adversario por la cintura y sin darle tiempo para reaccionar, le llevó al suelo. Mas potente que el representante del Kodokan, Nakamura ejerció una presión física terrible con la parte superior del cuerpo. Fiel a sus costumbres, Tomita intentó liberarse con suavidad, girando y moviendo sus caderas hacia ambos lados. Poco a poco, consiguió encontrar una posición mas cómoda e intentó realizar una estrangulación. Descuidado, Nakamura no vio venir el ataque y un instante después, ya era demasiado tarde. Las manos de Tomita cerraron inexorablemente el cuello del kimono de su adversario y Nakamura estuvo a punto de perder el conocimiento. En ese preciso momento, Magoroku Hachitani, que ejercía las funciones de árbitro, decidió parar el combate. Nakamura no llegó a perder el conocimiento pero el resultado del combate fue claro para todo el mundo. Una vez más el Ju-Jitsu del Kodokan consiguió la victoria.
   Esta noticia recorrió rápidamente todos los dojo de Tokio. El descontento continuó creciendo y pronto llegaría el momento en el que los “traidores” del Kodokan afrontarían al conjunto de escuelas tradicionales reunidas.
   Años mas tarde, cuando le preguntaron sobre el combate, Tsunejiro Tomita dijo: “Yo tenía 22 años, Nakamura tenía 33 y su práctica estaba más bien basada en la fuerza. Era uno de los mejores ju-jitsoka de la época y su reputación era terrible. En el momento del combate yo era 3er dan y estaba muy orgulloso de ese grado, era muy ambicioso. Nakamura, por su parte, perdió un poco el control de si mismo y eso fue, sin duda, lo que me permitió ganarle”. 
   El año 1886 comenzó muy bien para el Kodokan, pero lo más duro estaba por llegar. Los combates que se avecinaban serían decisivos para el futuro de las artes marciales japonesas a mano vacía. El gran protagonista de esta historia fue Shiro Saigo, cuyos éxitos adquirirán una gran dimensión durante un torneo casi mítico, en la prefectura de Policía.


viernes, 17 de abril de 2020

HISTORIA DEL COMBATE LIBRE (I)

LOS MAESTROS DE JU-JITSU SE ENFRENTAN POR EL HONOR DE LAS ESCUELAS
Patrick Lombardo
Artículo publicado en la revista Kombat-Bushido nº 2. Enero 2002
Autor: Patrick Lombardo
Traducción: César Gómez

   Los combates que, a finales del siglo XIX, opusieron a los últimos grandes Maestros de Ju-jutsu, establecieron las bases de las artes marciales de hoy en día. El afrontamiento entre las escuelas permitió  a las técnicas de aquella época evolucionar de una manera decisiva.

   En 1882, un joven practicante de Ju-jutsu, con apenas 22 años de edad, decidió abrir su propia escuela de combate. Se llamaba Jigoro Kano y soñaba con crear una nueva disciplina que definió con el nombre de “Judo”. Kano dio un nombre a su club: el Kodokan. Pero, él no posee ningún “certificado de Maestro” que le autorice a actuar de esa manera. A pesar de que la tradición de aquella época era muy estricta; nadie puede enseñar artes marciales si no es titular de un certificado expedido por un Maestro reconocido.  Kano sabía a lo que se exponía; los alumnos de otras escuelas vendrían a desafiarle, para “fastidiarle el chiringuito” y poner su club patas arriba. El nivel de práctica de Kano no le permitía afrontar con seguridad esos afrontamientos. 
Sensei Jigoro Kano a la edad de 28 años

   El Judo, que sólo existe en esa época en el espíritu de Kano, está mal visto por las otras escuelas de Ju-jutsu simplemente porque Kano criticó el Ju-jutsu describiéndolo como una práctica brutal y anticuada. Kano quería que el Judo del Kodokan derrotara a todas las escuelas de Ju-jutsu, pero no tiene junto a él a ningún judoka de gran nivel. Esa es la razón por la que decidió reclutar, a sus propios gastos, al mejor combatiente de Ju-jutsu de aquella época: Shiro Saigo.

El Ju-jutsu protege al Judo

   El joven Shiro Saigo estudió las técnicas de combate a mano vacía en el seno del célebre clan Aizu, bajo la dirección de su padre adoptivo: Tanomo Saigo. Es un combatiente vivo, casi imposible de proyectar y muy agresivo. Dominaba a la perfección las técnicas que el mismo Kano no conocía y su acción fué determinante para el futuro del Kodokan. Saigo estudió igualmente el Ju-jutsu de la Escuela Tenshin-shinyo. Cuando aceptó “firmar” con el Kodokan, Saigo sabía que tendría que combatir contra los otros Maestros de Ju-jutsu.
Shiro Saigo y Tanomo Saigo

   La primera vez que Saigo tuvo que defender el honor del Kodokan fue contra dos expertos procedentes de la Escuela Tenshin-shinyo: Sakujiro Yokoyama y Takisaburo Tobari. Los dos hombres fueron derrotados y poco después se convirtieron en alumnos del Kodokan, y por lo tanto, de Shiro Saigo.

Vencer o retirarse

   Un día de 1884, dos años después de la creación del Kodokan, tres hombres se presentaron en el dojo de Kano, tres Maestros de Ju-jutsu que vinieron a lanzar un desafío. Se trataba de Matsugoro Okuda, Daihachi Ichikawa y Morikichi Otake. La historia recuerda sus nombres ya que se trató de un evento importante en el desarrollo del Ju-jutsu en Japón. Saigo era perfectamente consciente de lo que se jugaba en aquel encuentro. Si ganaba, otros adversarios vendrían para probar suerte, si perdía, tendría que abandonar el Kodokan y puede que el mismo Kodokan tendría que cerrar sus puertas. Otro problema pesa sobre los hombros de Saigo, como Maestro de Ju-jutsu, aceptó defender los colores del Judo. Por esta razón, no los otros adeptos no le aprecian demasiado.

   Cuando los tres hombres entraron en la sala, Saigo aún estaba vestido de calle. Después de haber aceptado el desafio, se vistió con su ropa de entrenamiento y se presentó en el centro del tatami. Su adversario fue Okada, más grande y más pesado que él.

Shiro Saigo

   Okada comenzó el combate agarrando las dos solapas del kimono de Saigo, su intención era proyectarlo al suelo varias veces hasta agotarlo y después aplicarle una llave o estrangulación decisiva. Flexible y más ligero, Saigo siguió los movimientos de su adversario sin oponerse y manteniendo una posición muy estable. De repente, Okada intentó una proyección hacia adelante, Saigo se deshizo del agarre y efectuó un salto hacia atrás. Okada se mostró sorprendido y enfurecido retomó el contacto atacando alternativamente a derecha e izquierda. Bruscamente, Saigo se deslizó bajo su adversario y le hizo caer rodando por encima de él y haciéndole caer sobre la cabeza. Cuando Okada cayó al suelo Saigo se retiró hacia atrás para retomar la distancia. Dejó que su adversario se levantara y atacó de nuevo con la misma proyección. De nuevo, Okada se encontró en el suelo. Con un gran esfuerzo consiguió levantarse e incluso provocó a Saigo gritándole: “Ven aqui !” El alumno del Kodokan, respondiendo a su provocación volvió a proyectar de nuevo a su adversario, siempre sobre la cabeza. Esta vez, Okada tuvo muchas dificultades para levantarse, mientras y Otake le animaban hasta que lo consiguió. De nuevo Saigo saltó una ultima vez hacia él y le aplicó una terrible proyección  en la que los dos brazos están inmovilizados. Resultado: es imposible amortiguar la caída. Okada cayó violentamente golpeando el suelo con la cabeza y permaneció inconsciente. La ultima proyección utilizada por Saigo es conocida con el nombre de “Yama-arashi”, que significa “tempestad en la montaña”. Es con esta técnica, prohibida hoy en día,  con la que Saigo vencerá en numerosos combates contra las escuelas de Ju-jutsu.