Kenji Kurosaki |
Entrevista realizada por la revista Karate Bushido. Años 90
Autor: Jean Paul Maillet
Traducción: César Gómez
Ha formado a grandes campeones: Fujiwara, Shima, Tabata y a los pioneros europeos, Patrick Brizon y Jan Plas. Hoy, el Maestro indiscutible del Kick-Boxing inicia una nueva etapa gracias al regreso en fuerza del boxeo WKA en Japón.
Creíamos que estaba muerto y enterrado después de la retirada de las estrellas que marcaron sus días más gloriosos; Fujiwara, Shima, Tabata, etc. y por supuesto “el Jet”, verdadero ídolo en el país del Sol Naciente. Hoy en día, el padre fundador del Mejiro Gym de Tokio, Kurosaki, ya tiene algunas arrugas, pero su mirada severa apenas pudo retener algunas lágrimas cuando contempló el Budokan repleto con más de diez mil espectadores. Así como el kick-boxing, del que es uno de los creadores, Kurosaki no ha olvidado las lecciones que impartió a un tal Jan Plas o al desaparecido Patrick Brizon. Puesto que hoy, sobre el ring del Budokan de Tokio son los europeos las auténticas vedettes. Los alumnos directos o indirectos de sus antiguos alumnos: Rob Kaman, Don Nakaya Nielsen, Maurice Smith y por supuesto Fred Royers, el presidente europeo del Kick-Boxing, único occidental en haber destronado al último gigante japonés Toshio Tabata, por el título mundial WKA en 1985.
Señor Kick Boxing
Kenji Kurosaki |
Kurosaki descubrió Europa a través de Holanda. En 1965 conoció a Jhon Bluming, figura legendaria del Karate Kyokushinkai en Holanda. Esta último se marchó a entrenar a Japón. Pero, para Kenji Kurosaki, la práctica del Kyokushinkai remonta a 1953 cuando conoció a Mas Oyama, un hombre que cambió su vida. Aunque aún estuviera muy ligado al Karate, en los años 60 descubrió el Muay Thai. Después del Kyokushinkai, este estilo de combate le pareció aún más cercano a su ideal. En esta época viajó durante nueve meses a Holanda y a su regreso a Japón dejó definitivamente el Karate y rompió con Oyama.
Fue entonces cuando sintiéndose preparado para crear su propio estilo en función de todas las experiencias que había tenido, fundó el Shin Kakuto Jitsu.
Toshio Fujiwara |
En 1969 abrió una sala en un barrio de Tokio llamado Mejiro; esta sala, cuyo nombre dará la vuelta al mundo y que será retomado por sus alumnos, se llamó Mejiro Gym. Un nombre simbólico ya que encarna el kick-boxing japonés, duro, sin piedad, marcadamente eficaz. Desde entonces, una corte de campeones salen de la “fabrica” Kurosaki. Los primeros se llamaron Yasuchi, Matsuishi, Kunimitsu Okao, Kimura, Akira Fujihira y por supuesto los grandes Mitsiu Shima y Toshio Fujiwara, el primero y último kick-boxer en derrotar a los campeones tailandeses, con sus reglas, en su casa, y mostrando una voluntad superior a la suya. Lo nunca visto…
El padre de Europa
Rob Kaman y Jan Plas |
Desde la creación del Mejiro Gym, la reputación de Kurosaki fue inmensa. Se le considera como un verdadero gigante del kick-boxing y su enseñanza tiene la reputación de ser el “nec plus ultra”. Su influencia sobre Europa fue determinante cuando, unos años mas tarde, dos europeos, Jan Plas y Patrick Brizon, se dirigieron, por separado, a Japón para estudiar kick-boxing con el gran Maestro. Seguramente por esta razón, Francia y Holanda son las dos naciones europeas que poseen la mayor cantidad de campeones en este estilo. Por desgracia, en nuestro país, Patrick Brizon desapareció demasiado pronto para completar el trabajo que, por su lado, realizó Jan Plas en Holanda. Entrenador, hasta el año pasado, en el Mejiro Gym de Amsterdam, Jan Plas estuvo clasificado en el ranking japonés, durante su estancia en Japón. El estilo de enseñanza que se trajo desde el país del Sol Naciente, aún impregnado de la escuela marcial del Karate, se propagó por toda Holanda hasta Alemania, Gran Bretaña, Bélgica y Francia.
Patrick Brizon |
No hay que sorprenderse del rigor de una clase de kick-boxing impartida en el Mejiro Gym o en el K.B. de Arhem de Fred Royers, el antiguo pupilo de jan Plas con Rob Kaman, André Brilleman, Lucien Carbin, etc. Todos combatientes extremadamente duros, todos campeones del mundo WKA (el estilo que más se acerca al de Kurosaki).
Muy alejado del Boxeo Americano o Francés, el kick-boxing de Kenji Kurosaki está impregnado de una filosofía del coraje, de la determinación y de la realidad del combate. Después de haber despojado su arte de toda técnica superflua, Kurosaki consiguió crear uno de los instrumentos más notables en un ring manteniéndose al alcance de una práctica occidental que aún sufre de la imagen obsoleta del “full contact”.
El nuevo Kurosaki
A los sesenta años, Kenji Kurosaki hace un formidable retorno en la arena del kick-boxing abriendo un nuevo Mejiro Gym, más grande. En la planta baja se encuentra un pequeño restaurante familiar con una inmensa pantalla de video en la que se puede, a la moda Karaoke, pasar videos musicales cantando las palabras que desfilan bajo la pantalla. Al Sensei le encanta… En la primera planta está la sala de entrenamiento con el despacho del maestro colocado de manera a que no se le escape nada. Ring, sacos de kick, material ligero de musculación, hay de todo.
Encima están las habitaciones de los estudiantes que pueden permanecer varios días, semanas o meses. Durante su estancia, serán alimentados, vivirán allí y serán perfectamente entrenados…
Una pequeña sala de meditación se encuentra al fondo del pasillo a la izquierda. Y por encima se encuentra la última planta, el apartamento de Sr. y Sra. Kurosaki. Un edificio, como se puede ver rápidamente, dedicado al kick-boxing.
Mientras que la “All Japan Organisation” crea un evento cada dos meses en Tokio organizando organizando “paquidérmicas” galas en las que se invita a los mejores combatientes del mundo , asiáticos, americanos y europeos, el Mejiro Gym de Kenji Kurosaki funciona de nuevo a todo gas. Y ahora, cuando tendremos un nuevo Toshio Fujiwara?
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