Artículo publicado en la revista DOKKODO nº12
Autor César Gómez
EL KENDO
EL KENDO
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Kendo |
La historia de los Budo modernos comienza después del periodo Tokugawa, alrededor del año 1868. En estos tiempos el Japón comenzaba su proceso de modernización y de abertura al mundo exterior, descubriendo con estupor la insuficiencia de sus defensas militares, una economía inestable y una gran confusión dentro de sus sistemas políticos y sociales. Mientras tanto, los líderes del movimiento Meiji actuaban con un enorme vigor revolucionario para intentar mantener la unidad nacional.
Y dentro de este periodo de cambios, los antiguos Bujutsu eran considerados como ineficaces técnicas arcaicas incapaces de ayudar a la nación en la defensa del territorio. Dichos sistemas fueron sustituidos rápidamente por tecnología y técnicas de combate incorporadas de los países occidentales.
Debido a la naturaleza intrínseca del Bujutsu clásico, y que se manifiesta por la siguiente relación:
(1) COMBATE (2) DISCIPLINA (3) MORAL
…el gobierno no permitió el desuso de dichos sistemas y motivó su “renovación” como métodos de transmisión de ciertos valores socio-educativos. Así, la naturaleza de los Budo modernos re-definió dichos valores en:
(1) MORAL (2) DISCIPLINA (3) FORMA ESTÉTICA
Estos cambios se efectuaron con el fin de adaptar las antiguas formas de combate de los samuráis, héroes del pueblo, a su nuevo papel de “vías” adaptadas a las necesidades del Estado. Los Budo modernos iban a desempeñar un nuevo papel, disciplinando a los ciudadanos y creando una nueva mentalidad y espíritu transmitidos, entre otros, por el sistema educativo.
El gobierno japonés iba a influenciar el control del espíritu de sus ciudadanos ordenándoles la participación en los nuevos Budo. Supuestamente se generaría el “Seishin” o “Energía Espiritual” gracias al entrenamiento en dichas disciplinas, de las cuales se esperaba que aportaran coraje y espíritu patriótico, especialmente en el caso de los soldados. Todos estos cambios tenían como objetivo el utilizar la persuasiva “cultura marcial del guerrero” para preservar y transmitir los valores heroicos a través de nuevas formas, mas aceptables para las nuevas generaciones.
Así aparecieron los “Shin Budo” o “nuevos Budo”, una expresión genérica que describe a las nuevas disciplinas de combate creadas después del colapso del sistema feudal de 1868. Ambas, los clásicos Bujutsu y los nuevos Budo, deben diferenciarse para comprender esta evolución.
Características
Las modernas disciplinas se caracterizan usualmente por ser métodos orientados hacia la defensa personal, constituidos por técnicas y tácticas de combate contra un oponente. En el sentido estricto, ninguna de estas disciplinas puede ser considerada como un verdadero arte marcial orientado a situaciones de batalla.
a) Los Bujutsu clásicos:
- El propósito fundamental era el proporcionar métodos de combate armado y cuerpo a cuerpo a personas, autorizadas por el gobierno a defender el orden social. La práctica y la aplicación de estos métodos estaban limitadas exclusivamente a miembros de las fuerzas del orden público y del ejército.
- Prevalecía el espíritu combativo; en el caso de los guerreros buscando la muerte del enemigo, y en el caso de una aplicación civil, controlando y anulando las acciones del asaltante sin quitarle la vida.
- Desde un punto de vista técnico, las acciones técnicas no podían aplicarse en ninguna forma de ejercicio libre, por lo tanto, era imposible practicarlas con una orientación deportiva.
- La enseñanza estaba dirigida por instructores profesionales con experiencia y los métodos usados eran una combinación de prácticas intuitivas y racionales. Las técnicas, simples, eran ejecutadas como respuestas a ataques determinados.
b) Los Budo modernos:
- Sus propósitos eran variados en función de los intereses de cada uno de los practicantes, así, pueden practicarse como medios de entrenamiento espiritual, como formas de preparación físico-deportiva o bien como métodos de auto defensa. En todas sus vertientes se hace especial hincapié en la integración de las energías mental y física de los adeptos y se presentan como una forma de conducirles a una armonía, no solo interior, sino con el entorno social en el que se encuentran.
- Su espíritu se caracteriza por poseer un alto grado de tolerancia social, estando abiertos a todo el pueblo, sin importar la ocupación o status social. El “tomar” la vida del otro se efectúa de forma simbólica y el “Do” o “camino” se convierte en una posibilidad que puede ser o no adoptada por cada alumno.
- Técnicamente prevalece el entrenamiento en grupo dirigido por un “Sensei” que puede poseer diferentes niveles de competencia y que sustituye los métodos, altamente personalizados, de enseñanza del “Shihan” ("maestro enseñante") hacia el “Monjin” (discípulo), propios de los Bujutsu tradicionales. Se utilizan fundamentalmente métodos racionales de aprendizaje dejando de lado la intuición.
La evolución es evidente, el nuevo papel de estos sistemas hizo que se modificara la misma esencia que los había creado. Pero no fue menos importante el nuevo papel que tendrían que desempeñar en la sociedad japonesa. Veamos ahora tres de estas nuevas disciplinas y el como y el porqué fueron elegidas como vectores de la nueva mentalidad del Japón.
El Kendo
a) Evolución histórica.
El Kendo es la más antigua, más respetada y popular de los modernos Budo. Es el resultado de las experiencias colectivas de un conjunto de expertos y no el fruto del trabajo de una sola persona. Ambos, tanto guerreros con una formación clásica y ciudadanos comunes influenciaron las creación del Kendo moderno.
En principio se caracteriza por ser un sistema en el que prevalece la disciplina espiritual pero, ciertamente, sus características hacen que se utilice también como método de educación física, en competiciones deportivas o entrenamientos de tipo atlético y como actividad de recreo.
Sin ninguna duda, los dioses, los hombres, sus armas y los sistemas de esgrima antiguos influenciaron en la creación del Kendo moderno. Aunque la forma nacional denominada “Nippon Kendo” fue desarrollada después de la Segunda Guerra Mundial, cientos de años antes el espíritu esencial, los prototipos del equipamiento utilizado, la teoría y la mecánica de las técnicas del Kendo ya habían sido concebidas.
El primer uso del “Shinai” se acredita tradicionalmente a Hikida Bungoro (1537-1606), fundador del estilo Hikida Ryu (también denominado Hikida-Kage Ryu). En estos primeros tiempos, el uso del método de entrenamiento llamado “Shinai-Geiko” (combate libre con Shinai) y la gran cantidad de lesiones producidas, obligaron a la creación de un equipo de protección que preservara la integridad física de los practicantes. La primera escuela conocida que desarrolló una armadura de protección fue la Jikishin-Kage Ryu, alrededor de 1711.
Nakanishi Chuta (1751-.....¿), formado en el estilo Ono-Ha Itto Ryu, creó su propio estilo de esgrima al que denominó Nakanishi-Ha Itto Ryu. Con la intención de atraer más discípulos, Chuta siguió el ejemplo de la escuela Jikishin-Kage Ryu, desarrollando el equipo de protección. Al principio creó el “Mune-Ate” (hoy denominado “Do”), o protección del torso; también modificó el “Kote”, o guantes de protección, de la escuela Ono-Ha Itto Ryu. Elaboró un nuevo diseño de Shinai, haciendo de él un instrumento más ligero y resistente. De esta manera, con protecciones mucho más eficaces, los entrenamientos en combate libre fueron mucho más atractivos para sus discípulos debido a los beneficios de tipo físico, factor que ayudó a aumentar la popularidad de la disciplina.
El Bakufu reconoció que el entrenamiento del Shinai-Geiko era una disciplina espiritual y, ciertamente, no un arte de combate, lo que ayudó aún mas a su desarrollo. Pero, con el aumento de su popularidad surgieron reacciones opuestas por parte de los expertos maestros de esgrima, mucho más tradicionales y que afirmaban que este tipo de entrenamiento, en el que se ganan puntos para ganar un combate, destruía los valores intrínsecos del Kenjutsu clásico. Para ellos, ganar combates deportivos no era lo mismo que ganar en un combate real, con espadas reales.
Durante el periodo Edo, fueron sistematizadas y clasificadas tanto las técnicas como los métodos de entrenamiento, y se uniformó el equipo de protección y el desarrollo de los combates, dando lugar a una primera forma de Kendo nacional. El Kobusho determinó la talla del Shinai (49) en tres “Shaku” y ocho “Sun” (aproximadamente tres pies y ocho pulgadas) en 1856. Los maestros de esgrima insistieron en el hecho de que el Shinai, principal instrumento utilizado en la práctica, debía tener unas características lo más parecidas posible a una espada real. Así, fue limitado a tres pies y tres pulgadas de longitud y no más de tres libras de peso. Se mantendría su forma cilíndrica con el fin de preservar la seguridad de los practicantes.
Durante la época Meiji, las artes marciales clásicas y el Kendo, entraron en un periodo de desgracia para el público en general. Laceración del “Dai Nippon Butokukai” en 1895 y el establecimiento del “Butokuden” en 1899 aportaron una gran contribución al desarrollo y popularización de éstas discilinas. En 1909 se creó la “University Kendo Federation”, lo que ayudó a que el gobierno aceptase el Kendo como materia de educación física en las escuelas medias, en el año 1911. La fundación de la “Zen Nippon Kendo Renmei” (Federación de Kendo del Japón) en 1928 actualizó las bases del Kendo en Japón. Esta organización proporcionó el soporte técnico, asegurando la calidad de los instructores, llevando a cabo exámenes periódicos y controlando sus licencias.
El Kendo se convirtió en una actividad enormemente popular en todas las escuelas primarias durante 1941, pero, con la derrota del Japón en la Segunda Guerra Mundial y con el gobierno de ocupación norteamericano, el Kendo fue prohibido. Su renacimiento en 1948 se debió, fundamentalmente, al hecho de que fue aceptado por la comunidad internacional al desarrollarse sobre las bases de una práctica deportiva deseable y apta para todos los públicos.
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Escuela de Agricultura. Japón 1920 |
El Kendo puede ser practicado tanto por niños como por niñas, desde los tres o cuatro años de edad. Permite a los niños el desarrollo de todo tipo de cualidades, canalizando el impulso natural del niño de golpear con todo aquello que cae en sus manos. Las protecciones y el casco les protegen de cualquier tipo de daño.
El maestro Takano, de la región de Kamakura, contaba con una gran reputación contando entre sus alumnos con el prestigioso equipo de Kendo de los guardias del Emperador. Pero, en su Dojo, volvía a ser el viejo maestro dando clases a los niños de 6 o 7 años de edad. Michael Random (1988) nos relata como era extraordinario ver a estos niños tan jóvenes mantenerse perfectamente sentados en posición de loto (de rodillas sobre los talones) y comenzar las clases con una meditación de unos diez minutos, después de la cual saludaban al maestro y recitaban a coro los siguientes preceptos:
- Amamos a nuestro país.
- Respetamos a nuestros padres.
- Respetamos el ceremonial de nuestras tradiciones.
- Respetamos nuestra enseñanza.
- Cumplimos con nuestro deber.
- Respetamos a nuestros camaradas.
- Juramos procurarnos un espíritu y cuerpo sanos.
A partir de este momento ya podía comenzarse el entrenamiento. El Dojo estaba muy próximo a la playa, y era allí donde se efectuaba el entrenamiento. Random destaca el hecho de que el maestro apenas intervenía dada la gran disciplina de los niños, que comenzaban a alinearse nada más llegar a la arena en una larga fila. Ponían delante de ellos su equipo de protección y comenzaban a colocárselo una vez que el maestro daba la orden.
Cuando estaban preparados, colocándose de dos en dos, comenzaba el entrenamiento demostrando las técnicas de base. Ataques a la frente, MEN ¡¡; al centro de la frente, SHO MEN ¡¡; parte derecha de la frente, MIGI MEN ¡¡; parte izquierda, HIDARI MEN¡¡; etc… A cada golpe se unían los gritos del nombre del lugar al que se golpeaba.
Después del entrenamiento de base comenzaba la práctica libre, la más esperada por los niños y, entonces, surgía una explosión de alegría y de buen humor. “Los shinai se cruzan y llueven con rapidez los golpes. Es maravilloso ver a todos estos pequeños Kendoka pelear en la playa tan contentos” (Michael Random, 1988).
Según la tradición del Kendo, todos los grandes maestros dedican siempre una parte de su tiempo a enseñar a los niños desde su más tierna edad, y lo hacen con gran afecto y una atención muy particular. “Nunca es bastante pronto cuando se trata de formar el espíritu y el cuerpo y de procurarse un alma vigorosa”, decía el maestro Takano.
Una vez terminado el entrenamiento los niños se volvían a colocar de forma ordenada y regresaban al Dojo, donde se quitaban el equipo de protección. La clase finalizaba con una última y breve meditación, y un saludo al maestro.
Según los maestros de Kendo se puede comprobar cierta diferencia entre los niños que han comenzado a practicar esta disciplina desde muy jóvenes y los que no. En los primeros, surge de forma más espontánea y sensible la intuición. Según el maestro Takano, “lo importante es aprender desde la más tierna infancia la serenidad y el autodominio. Los niños deben aprender a visualizar el golpe con una visión interior. Si el movimiento se vive primero espiritualmente, entonces puede enseguida brotar, con más facilidad, en el momento preciso en que se lanza el golpe”.
c) Kendo y espiritualidad.
Existen tres reglas fundamentales en el Kendo: la primera de ellas consiste en atacar el shinai del adversario, la segunda, su técnica, y la tercera, su espíritu. De esta manera, al arte “supremo” consiste en guardar una calma absoluta, hasta que el movimiento espontáneo brota en el instante preciso en el que el adversario se dispone a atacar. Este es el gran secreto del Kendo; no se debe atacar al hombre, sino a su espíritu.
Con esta mentalidad, la “Vía del Sable” se practica inspirándose profundamente en el espíritu del Bushido, y el shinai, se impregna del espíritu del sable. Los samuráis otorgaban al sable poderes misteriosos y divinos, tratándolo como un objeto sagrado, con veneración. Cuando el samurai fallecía, era enterrado con su sable y cuando un niño nacía en el hogar, se pensaba que el sable le protegería contra las influencias maléficas.
El arte del maestro armero era considerado sagrado y consistía en varios rituales shinto de extremada complejidad. Después de ayunos y ritos preparatorios en las montañas o templos, el armero decoraba la forja con las cuerdas sagradas “Shimenawa”, ejecutaba inmersiones purificadoras revestido con los ornamentos blancos de los monjes shinto y encendía el fuego invocando al dios de la forja delante del altar “Kamidana”. Durante su trabajo, que podía prolongarse durante muchos días, continuaba con los rituales de purificación absteniéndose de consumir alimentos considerados como impuros. Nadie podía entrar en la forja y nadie podía dirigirle la palabra, considerando las fórmulas y técnicas del forjado como el secreto más celosamente guardado de cada escuela.
De esta manera, el sable adquiría una concepción sagrada y además de las cualidades del maestro forjador, se le añadían las del dueño del mismo. Cuando había sido utilizado en muchas batallas o poseído por valerosos samuráis, se le consideraba un símbolo, “(…) un instrumento cargado del misterio de la vida y de la muerte” (Michael Random, 1988). El sable representaba la frontera misma entre la vida y la muerte.
El shinai adquiría las mismas cualidades del sable y, de esta manera, el Kendo perpetúa la esencia de la esgrima japonesa. No solo se trata de adquirir un conjunto de técnicas de combate con el fin de vencer a un adversario, sino que la “espada” permite al practicante poner a prueba su espíritu, alimentar su naturaleza moral y desarrollar su personalidad.
Precisamente, este énfasis en el “Shin-Shin Shugyo” (entrenamiento del cuerpo y la mente) durante la era Taisho, permitió que se utilizase este Budo moderno como medio de refuerzo y cohesión social, utilizando esa “energía espiritual” para desarrollar y propagar los valores altamente nacionalistas (50).
d) Técnicas y Métodos de entrenamiento.

La posición inicial en Kendo es extremadamente erguida, con los pies muy próximos uno del otro y sus puntas dirigidas hacia delante. Uno de ellos se encuentra ligeramente más adelantado (1/2 paso) y los desplazamientos se efectúan con pasos deslizantes que dan lugar a salidas y cambios de dirección muy rápidos.
La acción de golpeo también es muy diferente a la ejecutada con una verdadera espada. El golpe-tocando en Kendo es ideal en una expresión no combativa al no existir ninguna penetración con el impacto que pudiera dar lugar a lesiones. A este respecto, sólo están permitidas ocho zonas en las que el shinai puede golpear, con siete bloqueos y un solo ataque efectuado en punta (a partir de los 16 años). El hecho de limitar las zonas de ataque tiene un doble propósito; primero, aumentar el nivel de seguridad en la práctica al atacar únicamente zonas protegidas por la armadura corporal; y segundo, desarrollar la eficacia de los ataques fundamentales, base de la disciplina.

A pesar de que no es el principal método de entrenamiento, el Kata también forma parte del moderno Kendo y es un componente vital para el desarrollo de los kendokas avanzados. Durante su ejecución, a través de movimientos codificados y extremadamente precisos, el adepto puede practicar en solitario o por parejas todo tipo de ataques y de defensas.
En 1912, el Butokukai formuló a través de su comisión técnica los “Dai Nippon Teikoku Kendo Kata” (Los Kata de Kendo del Gran Japón Imperial) que consistían en 12 técnicas, nueve con el “Odachi” (espada larga) y tres con el “Kodachi” (espada corta). Estos Kata fueron renombrados en los “Nihon Kendo Kata” (Los Kata de Kendo del Japón) y continúan utilizándose como las bases del Kendo moderno y están aprobados por la “Zen Nihon Kendo Remmei” (Federación de Kendo de todo el Japón).