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| Sensei Patrick McCarthy |
“KATA: Un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”
Sensei Patrick McCarthy es uno de los instructores de artes marciales más famosos y populares del mundo. Es un escritor prolífico, acumulando cientos de artículos en publicaciones de artes marciales de todo el mundo, y autor de muchos libros famosos incluyendo “El Bubishi – La Biblia del Karate”. Cuando no está escribiendo, pasa mucho tiempo viajando por el mundo impartiendo seminarios, mientras continua también su investigación en las Artes Marciales. En 2007, Emma y yo tuvimos la suerte de viajar y entrenar con Sensei McCarthy. Debo decir que es un artista marcial que sabe mucho, un facilitador y no un dictador en sus clases, proporcionando espacio para que los alumnos aprendan y expandan su comprensión. Simplemente estuvimos encantados de poder entrevistarle.
Shaun Banfield 2007
Traducción al castellano : Víctor López Bondía
ENTREVISTA
Shaun Banfield: Sé que debe haber respondido esto un millón de veces, pero ¿podríamos por favor abrir la entrevista preguntándole cómo se interesó por primera vez en las Artes Marciales?
Patrick McCarthy: Fue en los años sesenta, pusieron en mi escuela un documental de Canadian National Film Board titulado “Road to the Olympics” (Camino a las Olimpiadas), destacando la carrera competitiva del campeón canadiense de Judo (y medalla de plata en las Olimpiadas de 1964) Doug Rogers. Empecé inmediatamente en las Artes Marciales después de ese documental.
SB: ¿Y fue el Judo el primer Arte Marcial que estudió? ¿Y cuándo recurrió al Karate?
PM: Sí, empecé con el Judo y mi primera clase de Karate fue en verano de 1967.
SB: Viajó a Okinawa durante un verano para investigar y aprender. ¿Puede por favor contarnos algo sobre su experiencia allí y cómo cambió su comprensión del Karate?
PM: Eso fue la visita de 1985, cuando viajé desde mi casa en Vancouver (Canadá) para pasar el verano en Okinawa. El viaje fue sencillamente una experiencia fantástica y tuvo un profundo impacto en la forma en la que llegué a entender y practicar el arte. Hasta ese momento sólo había experimentado interpretaciones de Karate en Norteamérica (aunque a veces con profesores japoneses o entrenados en Japón), tenía poco conocimiento de primera mano del entrenamiento en Japón y nada de Okinawa, su gente y cultura. En aquellos días creía en la idea de que el pedigrí y el linaje eran esenciales para aprender el “arte genuino”. A lo largo de los años de estudio, poco a poco, había llegado a estar bastante obsesionado con la idea de aprender en el lugar de origen (Okinawa) y que mis prácticas de base tradicional fueran corregidas por los maestros okinawenses, aprendíendo tanto como pudiera acerca de la tradición original.
En las Artes Marciales de los sesenta y setenta era habitual conectar con otros instructores (de Canadá y Estados Unidos) e intercambiar entrenamiento en varios estilos diferentes. Por tanto, no veía por qué no podía hacer lo mismo también en Okinawa. Como mi objetivo era aprender tanto como fuese posible pensaba que mi experiencia no sería la mejor entrenando en sólo un dojo, independientemente de cuántas veces por semana pudiese visitarlo. Había aprendido pronto en mi entrenamiento que no (todas las) fuentes estudiaban, practicaban y/o enseñaban Karate de la misma manera y que se podía sacar mucho partido trabajando con distintas autoridades. Después de llegar a Okinawa y establecerme, me enteré de quién era quién y establecí una rutina regular de visitas a varios dojos. Los más conocidos que visité aquel verano pertenecían a instructores tales como Nagamine Shoshin, Yagi Meitoku, Nakazato Joen, Miyasato Eiichi, Akamine Eisuke, Shimabuku Ezio, Matayoshi Shimpo, Uechi Kanei, Nakamoto Masahiro, Higa Seiichiro, Shinzato Katsuhiko y Hokama Tetsuhiro, etc. Conocí a otros instructores y visité más dojos, pero esos fueron donde pasé la mayor parte del tiempo. Por descontado, hubo también visitas frecuentes a la tienda del Sr. Nakasone (kimonos Shureido), que llegó a ser una especie de punto informal de encuentro….y el lugar donde gasté gran parte del dinero que tanto me había costado ganar!
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| Patrick McCarthy y Sensei Miyazato |
A pesar de haber entrenado durante casi veinte años antes de aventurarme a ir a Okinawa, era relativamente ingenuo acerca de muchos aspectos del Karate tradicional, incluyendo la política. Ese viaje, conociendo y entrenando con tantos de los principales maestros, y las oportunidades únicas que experimenté, no sólo me ayudó a comprender mejor el arte del Karate, para lo que verdaderamente es, sino que también me enseñó mucho sobre la naturaleza humana y abrió muchas nuevas puertas de aprendizaje para mí. Armado con experiencia de primera mano, fui capaz de hablar con un poco más de autoridad sobre varios aspectos del arte. Aquella experiencia también me permitió ver lo que estaba haciendo mal y hacer los cambios necesarios. Sorprendentemente, la visita también validó mucho de lo que había estado haciendo ya antes de ir a Okinawa. Y lo más importante, aquella experiencia también me permitió darme cuenta claramente de que Okinawa tampoco tenía todas las respuestas. De hecho, pronto me pareció evidente que el Karate en Occidente estaba terriblemente infravalorado. En realidad, tendemos a entrenar de manera más dura y más inteligente en Occidente, y estamos mucho más sistematizados, especialmente con respecto a los resultados del entrenamiento.
Finalmente, ese primer viaje de muchos a Okinawa fue el principio de un camino que en última instancia me conduciría a descubrir prácticas perdidas, la esencia de este arte, y mi propia independencia.
SB: ¿Y cuál cree que es la verdadera esencia de este arte? Ha mencionado que ese viaje le “ayudó a comprender mejor el arte del Karate, para lo que verdaderamente es”. ¿Puede por favor decirnos cuál es su idea de lo que verdaderamente es el Karate-Do?
PM: Quizá pueda responder mejor a esa pregunta parafraseando un pasaje de D.T. Suzuki que aparece en el prefacio que escribió para la maravillosa publicación de Eugen Herrigel titulada “Zen in the Art of Archery” (Zen en el Arte del Tiro con Arco): “En Japón, las artes marciales no se practican únicamente con propósitos utilitarios, tales como pelear o para la defensa personal. El Budo [del cual el Karatedo es una parte integral] está también para entrenar la mente y hacerla entrar en contacto con la última realidad. Si uno realmente desea ser un maestro del arte, el conocimiento técnico del mismo no es suficiente. Se tiene que trascender la técnica de manera que el arte llegue a ser “arte sin arte”, surgiendo de la inconsciencia. De esta manera, el Karate se convierte en un camino para aprender sobre nosotros mismos, sobre otros, y sobre la vida en sí misma”.
Okinawa fue el primer lugar donde aprendí que era posible establecer tal simbiosis con el Karatedo, que mi vida podía llegar a ser tanto un producto del arte como el arte sería un producto de mi vida. Esta experiencia también abrió la puerta a través de la cual llegué a ver finalmente que la debilidad humana (un objetivo universal a superar) era un asunto interno, no un problema externo. Esto me ayudó a darme cuenta de que antes de poder dominar verdaderamente este arte, y a mí mismo, la dirección de mi viaje final tenía que ser hacia el interior, no hacia fuera. Finalmente, dos lecciones me ayudaron a determinar la manera en la que acogí al arte, fueron Bunburyodo (el concepto de equilibrar artes físicas con artes literarias) y On Ko Chi Shin (estudiar la historia/evolución del arte para entender mejor su interpretación moderna).
Me inspiró mucho esta filosofía y a lo largo de todos estos años he intentado (no siempre con éxito) ejemplificar este aprendizaje y dejar que condicione la manera en la que entreno y enseño.
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| Sensei Patrick McCarthy |
SB: Su viaje le ha llevado a descubrir prácticas perdidas. ¿Puede por favor hablarnos un poco de ellas y contarnos cómo le han influenciado?
PM: Como la mayoría de entusiastas que leen libros y revistas, sabía desde hacía mucho tiempo que el Tempo Shaolin era considerado la cuna desde la que el Karate trazaba sus raíces. Lo que no sabía, y no era comúnmente conocido hace veinticinco años mas o menos, era exactamente qué practicas/métodos progenitores formaron las bases del Karate. Al estudiar la prehistoria del Karate descubrí que China (es decir, la Provincia de Fujian) y el Sureste de Asia (Siam/Tailandia) fueron las fuentes originales desde donde vinieron muchas de las viejas artes de lucha de Okinawa. Por tanto, viajé a aquellos lugares con el propósito de localizar fuentes precursoras, contactando con escuelas e instructores locales y comparando estilos y métodos de entrenamiento con los katas y prácticas complementarias transmitidas a través de los linajes de Higaonna Kanryo e Itosu Ankoh. (Nota: también utilicé el Sanchin, Sanseru y Seisan traídos desde China por Uechi Kambun.)
Inicialmente, me fascinó el modo vibrante de mover el cuerpo de los adeptos de la vieja escuela cuando realizaban ejercicios y kata y busqué entenderlo mejor, especialmente cuando esto estaba muy mal visto en el Karate moderno. Había disfrutado de un poco de este tipo de movimiento dinámico con el Sr. Kishaba durante mi primer viaje a Okinawa, en la escuela del Profesor Shinzato en Yanabaru, pero sabía poco más sobre el mismo. Pronto se hizo evidente que dar pasos y deslizar, con una torsión vibrante de cadera, con control de la respiración, flotar y hundir (tal y como se describe en el Bubishi), representaban un mecanismo fundamental en la forma de generar potencia en muchas de las escuelas locales que visité. Se abordaba especialmente este tema en los ejercicios por parejas y la forma realista en que se contextuaban las aplicaciones prácticas. Nunca antes había experimentado este estilo de aprendizaje y estaba teniendo un gran impacto sobre mí y sobre mi forma de practicar. Asumí la responsabilidad de identificar las mecánicas fundamentales y aprender sobre los principios en que se apoyaban estas dinámicas, las prácticas de aplicación y los ejercicios por parejas. Inconscientemente, todo esto empezó a influenciar mi propio entrenamiento hasta que este aprendizaje impregnó todo lo que hacía.
SB: La cultura de Okinawa debe haber tenido un serio efecto sobre su práctica y comprensión. ¿Qué fue lo que le encantó de la cultura okinawense y ha cambiado su manera de practicar las Artes Marciales?
PM: Su clima, playas, comida, festivales y tiendas son estupendas. Y mejor que todo eso, los okinawenses son también, por lo general muy agradables y hospitalarios. Simplemente, allí nunca me sentí amenazado. De hecho, lo mismo puede decirse acerca de la cultura japonesa en general. Comparado con Occidente, donde por ejemplo, si miras a una persona de la manera equivocada, se te echan encima. Además, es bastante difícil encontrar a un japonés sarcástico o a uno que te insulte en menos que canta un gallo. Prácticamente no hay ninguna amenaza a las propias inseguridades. Aunque Okinawa es parte de Japón y tipifica claramente la cultura japonesa en todos los sentidos, también tiene su propia cultura nativa (e idioma) que en los últimos veinte años está siendo cultivada de manera más vigorosa. Okinawa es también una isla, y uno debe esperar también un poco de mentalidad isleña. En resumen, por lo general son mucho más tranquilos que sus homólogos de las islas principales. Juntos, con una isla tropical de fondo, la combinación de estas dos culturas lo convierte en un lugar maravilloso.
Me gustó el enfoque tranquilo hacia la vida y el entrenamiento en Okinawa, que creo que funciona muy bien para estudiantes muy motivados. Personalmente, no me gustan los alumnos/profesores perezosos o aquellos que hablan sobre entrenar ¡pero rara vez lo hacen! El renombrado luchador okinawense, Motobu Choki, tenía un término interesante que utilizaba para describir a aquellos que hablaban mucho pero trabajaban poco, les llamaba “Kuchi Bushi”, que significa más o menos ¡”guerreros de boquilla”! Los japoneses simplemente dicen “Fugenjiko”, que significa “no me lo digas, enséñamelo” o “menos hablar y más actuar”, o “la acción habla más alto que las palabras”.
No me entusiasmaba el enfoque militarista con respecto al entrenamiento y tampoco encontraba mucha utilidad a la repetición mecánica de ejercicios incongruentes. Las primeras oportunidades de intercambio en los entrenamientos me habían gustado mucho así que la idea de trabajar prácticas basadas en aplicaciones realistas con otros entusiastas de mentalidad similar me resultaba mucho más gratificante.
Por cierto, para alguno de los lectores que estén intentando comprender mejor la mentalidad japonesa permitidme recomendar (encarecidamente) la magnífica publicación de Boye De Mente “Kata – The Key to Understanding and Dealing with the Japanese” (Kata: La Clave para Entender y Tratar con los Japoneses), que se encuentra aquí: http://www.koryu-uchinadi.com/boye_de_mente_insights.htm. Es sencillamente el mejor libro que hay en el mercado.
SB: ¿Me equivoco al pensar que llegó a estar muy desilusionado con el enfoque de Karate de tipo “3K” (N.T.: Kihon/Kata/Kumite)?
PM: Por supuesto, ¿quién no? Sin embargo, no quiero decir que el entrenamiento de tipo 3K no tuviera o no tenga ningún valor, ya que no es así. Ciertamente sirve a un propósito importante, aunque limitado por reglas. Personalmente llegué a estar muy desilusionado con el entrenamiento estilo 3K porque simplemente no era posible conseguir los resultados más funcionales que yo deseaba desarrollar. El foco de mi atención había cambiado, pasando de repetir rituales estándar de estilo, limitados por reglas, a conseguir prácticas funcionales de aplicación en los katas tradicionales.
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| Sensei Kanazawa, Patrick McCarthy y Sensei Mikami |
SB: ¿Cree que muchos sistemas colocan limitaciones innecesarias alrededor de la práctica 3K y por tanto cómo ha adaptado usted su entrenamiento para llegar a ser más funcional?
PM: Sí, creo que hay limitaciones innecesarias rodeando la práctica al estilo 3K, sin embargo, hasta donde llegan mis conocimientos así es como el Karate basado en JKA consigue sus resultados. En ningún sitio, que yo sepa, la JKA espera de sus seguidores más que lo que dicta ese entrenamiento, así que en ese sentido hay poca necesidad de cambio. Personalmente, he desarrollado un menú mucho más flexible que se adapte a mis necesidades. Para vuestra información, sí que hago mucho hincapié en el kihon (las herramientas fundamentales de impacto, agarre y caídas), kumite (basado en HAPV, son prácticas de recreación por parejas que trabajan con la recepción y aplicación de impactos, el clinch, la manipulación de articulaciones y atrapes de extremidades, estrangulaciones, desequilibrios, grappling y trabajo de suelo, puntos de presión, escapes y contraataques), y Kata (que tienen su origen en las mismas fuentes Higaonna/Itosu-Asato que los katas Shotokan). He restaurado muchas rutinas de base tradicionales (afectadas por la inflexible cultura japonesa del Budo de antes de la guerra y modificadas todavía más por el área competitiva del Karate moderno, más interesada en la forma que en la función) recuperando el mecanismo fundamental en la generación de potencia como dar pasos y deslizar (donde se deba aplicar), abrir de nuevo las manos que fueron cerradas a puños (donde deba aplicarse, por ejemplo, en el Sanchin de Miyagi Chojun), la mecánica corporal de vibración, la rotación de la cadera y flotar-hundir. Y si algunos de vuestros lectores están pensando que esto es blasfemia o que debería ser criticado por hacer tal cosa, me temo que tendrán que ponerse a la cola.
SB: Un instructor de Muay Thai me dijo una vez que muchas artes tradicionales desarrollan un exceso de confianza y una falta de comprensión de situaciones realistas. ¿Qué piensa de esto, y cómo cree que los practicantes de Shotokan, por ejemplo, pueden modificar más su entrenamiento para defenderse bien en la calle sin perder los principios fundamentales del Shotokan?
PM: Yo no estaría en desacuerdo con lo que él dijo. De hecho, comparto una opinión similar sobre las Artes Marciales Tradicionales en general y sobre la habitual mentalidad basada en Shotokan en particular. Esto, por supuesto, abre una enorme lata de gusanos, principalmente políticos, pero un cambio de perspectiva en el entrenamiento y una premisa contextual realista para la práctica, basada en la aplicación le harían al Shotokan un bien enorme. Ha habido tal tradición y estrechez de miras, vanidad y malentendidos durante tanto tiempo en la fuente, que estoy convencido de que las masas nunca aceptarán verdaderamente tal cambio y mucho menos llegarán a ver la necesidad del mismo. En el otro extremo más optimista, según conversaciones personales de las que he disfrutado con altas autoridades no japonesas de Shotokan, tales como Stan Schmidt, Ray Dalke, Paul Perry, etc…. tales cambios están siendo enérgicamente acogidos, aunque sólo sea por unos pocos.
SB: ¿Cuáles diría que son las claves para entender y defenderse eficazmente contra un ataque verdaderamente violento?
PM: Hay varios factores que rodean estas cuestiones. Una falta de conocimiento sobre la naturaleza de la gente violenta y las dinámicas de sus actos habituales de violencia física junto con prácticas preparatorias inadecuadas es lo que impide a muchos estudiantes establecer las competencias necesarias para gestionar eficazmente ataques verdaderamente violentos.
SB: El Shotokan hace mucho hincapié en las posiciones y el entrenamiento de posiciones para obtener potencia. Sin embargo, para la pelea estilo callejero sacar un Zenkutsu-dachi en toda su longitud no sería lo adecuado. Aunque usted ha ido en una dirección que no se adhiere a un estilo o sistema, ¿todavía practica o fomenta de algún modo tal entrenamiento tradicional de posiciones o entrenamiento en filas?
PM: El entrenamiento postural es un componente vital del Karate tradicional y permitidme un momento para atraer la atención del lector. Aunque estar cara a cara con el agresor y resolverlo a puñetazos puede que represente una parte de la violencia física tengo la certeza de que esta soluciónno abarca todo el espectro. Toma como ejemplo el clinch y la lucha por el control cuando se arma la gorda durante un asalto. La idea de tener una postura fija lo suficientemente fuerte para propinar impacto percusivo (o una combinación de impactos) con eficacia, gestionar el desplazamiento del equilibrio, o posiblemente realizar un cruce de extremidades o incluso una estrangulación, es una ventaja, no un lastre. La mayoría piensa en términos de la clásica posición cara a cara del boxeador durante “una pelea” cuando, en realidad, si hay un “espacio” entre el agresor y tú, ¿no deberías estar pensando en salir por patas, en lugar de quemar la testosterona? Las posiciones, en la aplicación, no deberían ser diferentes a cualquier otra forma combativa; cuyo propósito es ser funcionalmente móvil, para poder gestionar eficazmente un ataque, mientras que al mismo tiempo ayuda a la transferencia de energía cinética, ya sea para un impacto o una manipulación del tipo agarres.
Por cierto, ya que has mencionado que yo he tomado una dirección libre de estilo, me gustaría añadir lo siguiente. Tengo la confianza de que el cambio de dirección en el que estoy actualmente implicado está mucho más en línea con las enseñanzas que nos dejaron los pioneros de nuestro arte que la mentalidad conformista, que forma la base del Karate moderno. “La tradición no es conservar las cenizas sino mantener viva la llama” (Jean Janses). El único modo de hacer esto con eficacia, en lugar de la ambigüedad extendida, es explorar continuamente aquello que no entendemos utilizando todos los medios disponibles que tengamos. Eso es lo que estoy haciendo, es la luz que guía la IRKRS y es también lo que creo que los pioneros de nuestra tradición pretendieron que todos los estudiantes aceptaran como cierto.
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| Patrick McCarthy y Sensei Nakayama |
SB: Como ha mencionado, usted es el fundador de la International Ryukyu Karate Research Society (Sociedad Internacional para la Investigación del Karate de Ryukyu). ¿Puede por favor hablarnos un poco sobre esto?
PM: Durante los años que residí en Japón escribía con bastante regularidad para varias revistas (Fighting Arts International, Black Belt, Australasian, etc.) y establecí un grupo internacional de colegas escritores afines, si se le puede llamar así. A lo largo de los años había mantenido correspondencia con cientos de personas de todo el mundo y unirlos para tratar muchas de las cuestiones a la vanguardia de nuestra tradición, se convirtió en una consecuencia de mis continuos esfuerzos para ayudar a los demás. Más allá del grupo multidisciplinar de Donn Draeger, JMAS (es decir, Sociedad de Artes Marciales de Japón, de la que había sido miembro desde 1985), que quedó poco a poco inactivo, en 1991, hasta donde llegan mis conocimientos, la IRKRS es el primer grupo apolítico de investigación de Karate/Kobudo que atendía exclusivamente a estudiantes no japoneses.
A día de hoy, nos hemos convertido en una red on-line para intercambio intelectual entre sus miembros. Nuestra actividad principal se centra en hacer de mentores de estudiantes y profesores de Karate/Kobudo japonés/okinawense (tanto clásico como contemporáneo) a través de diálogo, conferencias, publicaciones, DVDs de aprendizaje y actividades de especial interés. Durante la última década hemos levantado con éxito puentes que unen estudiantes afines de todo el mundo eliminando la ambigüedad e impartiendo los verdaderos orígenes y evolución del Karate a la vez que nos especializamos en las prácticas de aplicación funcionales de katas tradicionales y ancestrales. (Extraído de www.koryu-uchinadi.com)
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| Sensei Nishiyama y Patrick McCarthy |
SB: De los instructores Shotokan con los que ha entrenado, ¿cuáles le han inspirado?
PM: De un modo u otro me han inspirado varios instructores Shotokan: Masami Tsuruoka, Nakayama Masatoshi, Nishiyama Hidetaka, Kanazawa Hirokazu y por supuesto mi profesor, Richard Kim, que no sólo trabajó en el comité ejecutivo de Nishiyama (y enseñó junto a él cada año en el campamento de verano de San Diego), sino que también encarnaba al hombre en todos los sentidos.
SB: ¿Puede por favor hablarnos un poco de Richard Kim y su influencia sobre usted y su Karate?
PM: Richad Kim fue muchas cosas para mucha gente y disfrutó una carrera larga, próspera y polifacética. Para mí era un interlocutor elocuente y un perspicaz mentor capaz de inspirar incluso a las personas más testarudas que se resistían al cambio… lo digo por experiencia. El Sr. Don Warrener, de Rising Sun Productions, ha publicado recientemente un nuevo libro (www.risingsunproductions.net/catalog/product_info.php cPath=25&products_id=1017) sobre la vida de este misterioso hombre.
SB: Usted ha traducido el “Bubishi”, lo que imagino que debe haber sido una tarea enorme. ¿Puede por favor hablarnos un poco sobre el Bubishi y cómo llegó a traducirlo?
PM: En algún momento a mediados de los años 70, durante mi residencia en Toronto (Canadá), compré un ejemplar de “Karatedo Kenpo”, que más tarde descubrí era en realidad una copia pirata taiwanesa del libro de Mabuni Kenwa “Seipai no Kenkyu” (“El Estudio de Seipai”). En la última sección de la publicación aparece la versión de Mabuni del Bubishi del linaje de Itosu Ankoh. No obstante, el tiempo pasó, antes de que llegara a entender la importancia del Bubishi y su conexión con nuestra tradición. En 1979 me trasladé a Vancouver (Canadá) pero continúe bastante activo en el panorama de competición canadiense/americano, donde conocí a Teruo Chinen, un instructor de Goju Ryu de Spokane (Washington). Después de entrenar con él unas cuantas veces, me invitó a visitar su casa/dojo en Spokane. Disfruté entrenando y aprendí mucho. Además, desarrollé una amistad con él y le llevé a enseñar a mi dojo en Vancouver y se quedó en mi casa como invitado. Durante una conversación que tuvimos en Bermuda en 1985, me prometió que si me encontraba con él en el torneo de Ozawa Sensei en Las Vegas, me enseñaría algo que según dijo “había sido un secreto guardado durante mucho tiempo en Karate”.
En Las Vegas, Teruo Chinen me invitó a la habitación de su hotel donde, apartados de las miradas entrometidas del resto de la gente, me enseñó una copia del Bubishi dibujada a mano, y me habló de su gran valor. Desde ese momento en adelante llegué a darme cuenta de la importancia de este trabajo y me propuse comprenderlo completamente. Como no sabía hablar, leer ni escribir chino ni japonés, decidí buscar a aquellos que pudieran ayudarme. Durante los años en Vancouver, antes de emigrar a Japón, busqué y recibí ayuda en la traducción de tres personas: Misao Batts (una traductora japonesa de la University of British Colombia), de Sifu Ken Low (un experto local de Artes Marciales chinas y presidente de la Asociación Occidental Chino-Canadiense de Kung Fu), y de Miyahara Yuriko (una mujer de negocios japonesa que trabajaba para Tokyu Corporation en Vancouver). Finalmente, decidí embarcarme en estudiar la lengua japonesa yo mismo y me apunté al Centro Educacional Japonés de Vancouver, donde estudié directamente con Egawa Machiko. En los años siguientes a mi reubicación a Japón, me casé con Miyahara Yuriko (la mujer de negocios japonesa que trabajaba para Tokyu Corporation), continué estudiando japonés, y viajé mucho (Sudeste de Asia, Taiwán, Fujian, Shanghai, Shaolin, Okinawa, etc….) con el objetivo de dominar las artes marciales y comprender mejor su cultura y estudios relacionados.
A medida que continué trabajando laboriosamente para descifrar el Bubishi subí a mi mujer a bordo para que me ayudase. Mi obsesión con esta vieja antología y mi pasión por las artes de lucha me llevaron a establecer contacto personal con muchas altas autoridades japonesas/okinawenses y chinas, que de un modo u otro, ayudaron a abrir muchas puertas de comprensión cerradas del proyecto Bubishi. Los nombres y fuentes más reconocibles incluían: Li Yiduan (Presidente la Asociación de Artes Marciales de Fujian y miembro del comité del monasterio Shaolin del sur), Tang Shifeng Shifu (antiguo alumno de Shanghai Chin Wu), Si Yanpu (instructor jefe de boxeo Puño de Monje en el principal monasterio Shaolin), Liang Yiquan (monje Shaolin – retirado – y director de la Sociedad de Investigación del Quanfa Shaolin), Gao Shifu (Guangxi de la academia Yangshuo Quanfa), Guo Kongxi (3ª generación Quanfa Tigre y nieto de Zhou Zihe), Jin Jingfu (maestro líder de 3ª generación del linaje de “grulla que canta” de Xie Zhongxiang también conocido como Ryu Ruko), Liu Songshan (maestro líder de 3ª generación de “grulla que alimenta”), Siaw Joonfa (profesor de “grulla blanca” de 4ª generación, Persatuan Kebudayaan Jasmani Ming Chung Hok, este de Malasia), Cai Chuxian (Fujian, “puño familia Cai”), y Wu Bin (de la Federación de Artes Marciales de China de Asia “Departamento de Investigación y Profesores”).
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| Patrick McCarthy y Sensei Nakamoto |
Las fuentes japonesas/okinawenses incluían: Yamaguchi Gogen (fundador de Goju Kai, que había publicado previamente una versión del Bubishi), Ohtsuka Tadahiko (Presidente de Goju Kensha y en mi opinión, una de las tres principales autoridades japonesas del Bubishi), Nagamine Shoshin (historiador, autor, y el fundador del Matsubayashi Ryu), Konishi Takehiro (maestro líder de 2ª generación de Shindo Jinen Ryu y mi fuente de la copia de Mabuni completamente escrita a mano del Bubishi de Itosu), Kinjo Hiroshi (considerado uno de los maestros okinawenses de Karate más avanzados de Japón y mi profesor), Hokama Tetsuhiro (Goju Ryu del linaje de Higa Seiko y presidente del Museo de Historia de las Artes Marciales Okinawenses), el Dr. Iokibei Tsutomu (médico de MTC), el Prof. Takara Kurayoshi (Universidad de las Ryukyus, Facultad de Ley y Letras, Idiomas y Culturas), Higaonna Morio (fundador de la IOGKF, y que escribió el prefacio de mi edición de 1990), Hisataka Masayuki (Presidente del Shorinji Ryu Kenkokan, que escribió un prefacio en mi edición de 1994), Fujiwara Ryozo (un autor/historiador de artes marciales muy respetado), Takamiyagi Shigeru (un historiador okinawense de artes marciales muy respetado, coautor con Uechi Kanei de “Karate-do, Sono Rekishi To Gihon”), Miyagi Tokumasa (un autor/historiador de artes marciales okinawenses muy respetado), Kinjo Akio (un autor/historiador de artes marciales okinawenses muy respetado), Tokashiki Iken (un autor/historiador de artes marciales okinawenses muy respetado, presidente de la Gohakukai, y actual maestro líder de Tomari-te), Nakamoto Masahiro (un autor/historiador de artes marciales okinawenses muy respetado, y presidente del Bunbukan), y mi colega, Iwae Tsukuo (un autor/historiador de artes marciales japonesas muy respetado).
Mi mujer y yo pudimos entregar finalmente un producto terminado a principios de 1994. Fue esta edición la que llamó la atención de Alex Kask, entonces editor de Tokyo de (la sección de artes marciales de) Charles E. Tuttle Publication Company, que publicó el libro al año siguiente. Para vuestra información, he estado trabajando en otra publicación titulada “The Bubishi Companion” (La Guía del Bubishi), que detallará mi investigación en esta publicación históricamente importante además de describir cómo estudiar sus contenidos.![]() |
| Patrick McCarthy y Sensei Nakamoto |
SB: Qué viaje tan interesante debe haber sido, Emma y yo estamos deseando leer la siguiente publicación. Sin embargo este no fue el único proyecto en el que trabajó con su mujer, ¿me equivoco? ¿Puede por favor hablarnos de algunos de sus otros trabajos?
PM: Yuriko siempre me ha ayudado con la mayor parte de mi investigación basada en Japón, traducciones y publicaciones, y continúa haciéndolo. ¡Lo que a mí me cuesta horas de conseguir a ella le lleva minutos! Mucho de mi trabajo puede encontrarse en mi página web,
aquí: http://www.koryu-uchinadi.com/amazon_bookstore.htm,aquí: http://www.koryu-uchinadi.org/McCarthy_PR_%201.pdf,
aquí: http://www.koryu-uchinadi.com/thinking_outside_the_box.htm,
aquí: http://karate.thepodcastnetwork.com/2006/02/05/applied-karate-episode-001-hanshi-patrick-mccarthy/,
y aquí: http://www.koryu-uchinadi.org/McCarthy_PR_%202.pdf,
con antiguas entrevistas y artículos archivados en nuestra página sólo para miembros. Por cierto, me he dado cuenta de que tenéis un artículo (On Ko Chi Shin – Estudiar lo Viejo para Entender Mejor lo Nuevo) en vuestra página Shotokanway.
SB: Cuando entrenamos con usted mencionó que la Defensa Personal debería estar basada en lo instintivo y no en lo cognitivo. ¿Cree que demasiadas personas piensan demasiado cuando entrenan, o incluso cuando pelean?
PM: Personalmente, no creo que nadie pueda permitirse el lujo de “pensar” cuando se arma la de Dios. En medio del caos imprevisible de la violencia física creo que el acondicionamiento y la reacción instintiva tienen que ser nuestro mecanismo principal. Navegando por la red estos últimos diez años, he descubierto que hay una corriente interminable de entusiastas de artes marciales profundamente interesados en discutir las nimiedades de la violencia física, hasta el punto de que se habla de qué ángulo sera mejor para que un golpe de puño o patada deje fuera de combate a un agresor en una pelea. Este tipo de “pensamiento” es bueno, especialmente cuando conduce al estudiante a considerar prácticas de entrenamiento más funcionales. Todas las artes de lucha, que no han perdido contacto con la funcionalidad, abogan por métodos de entrenamiento que cultivan la aptitud instintiva. Hablando desde la experiencia, puedo asegurar que la reacción instintiva surge de métodos de entrenamiento que llevan a sus estudiantes al contacto regular con el imprevisible caos de la violencia física.
SB: ¿Tiene algún ejercicio o métodos de aprendizaje que otros instructores puedan utilizar para mejorar su capacidad para abordar el “el imprevisible caos de la violencia física” en sus clases, que pudiera ayudar a hacer sus técnicas más funcionales?
PM: Nosotros utilizamos muchos ejercicios para cultivar este proceso y, es importante entender que es un proceso que, además de determinación, lleva tiempo, dedicación y paciencia, normalmente mucha paciencia. No todo el mundo llega a apreciar su valor porque simplemente el proceso de entrenamiento requiere algo a lo que muchos estudiantes no están acostumbrados o dispuestos a aguantar, es decir: enfrentarse por voluntad propia a la amenaza real de lesión, dolor y la sensación de completa impotencia, incompetencia y frustración prolongada. Aquí hay una pequeña prueba que podéis intentar con vuestros alumnos para captar “la idea” de la práctica: Que se pongan con un compañero que sea más grande que ellos (cuanto más grande y fuerte mejor) y decidle al alumno que va a ser víctima de un abrazo del oso por la espalda a la de tres (pero discretamente decidle al compañero grande que en lugar de eso agarre al pequeño del pelo por la espalda, a la de uno, cuando no se lo espere, y lo “manipule” agitándolo al tiempo que lo arrastra hasta el suelo). Esto abre la puerta para empezar el proceso.
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| Sensei Toma Shian y Patrick McCarthy |
SB: El UFC (N.T.: Campeonato de Lucha Definitiva) ahora es un fenómeno mundial. ¿Cuáles son sus sensaciones al respecto y sobre su promoción de las Artes Marciales? ¿Positivo o negativo y por qué?
PM: Personalmente, me gusta el UFC, y me gusta también el BJJ (N.T.: Brazilian Ju-Jutsu) y las MMA (N.T.: Artes Marciales Mixtas). Ofrecen realismo en sus prácticas de lucha y esto es algo de lo que carece el Karate. Yo estaba entre los de la primera generación de luchadores de sumisión extranjeros en Japón y llegué a entender, y apreciar, el valor de esta perspectiva. Lo que hicieron por las artes marciales Bruce Lee, el Ninjutsu y el Kick-boxing en los años 70 y 80, lo mismo está haciendo hoy el UFC. No creo que haya ningún peligro en que en algún momento se crucen el uno con el otro, pero sí hay una lección que aprender para aquellos que pueden pensar más allá de lo establecido.









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