Por Adriano D. Emperado
(entrevista publicada en los años 80)
En estos días, cuando las
salas de aerobic utilizan las artes marciales para vender su gimnasia, y Ninja
es el medio nombre dado a las tortugas mutantes de los dibujos animados para
los jóvenes, Adriano D. Emperado es algo insigne y genuino, un verdadero
maestro vivo del arte de la lucha.
Más de 100.000 practicantes de artes
marciales otorgan a Emperado el título honorífico de “Sijo” (fundador) por su
inigualable lugar como chispa imaginaria y motor del mortífero estilo conocido
como Kajukenbo. Venerado por su modestia y humor casi tanto como por la fuerza
batalladora del sistema que él introdujo, nos anticipa el futuro con la noticia
de la creación de la “Organización Mundial de Kajukenbo”.
“El propósito que persigo con esta
organización (OMK) es el mismo que se perseguía cuando el Kajukenbo fue
inventado”, nos comenta Sijo. “En otras palabras, el Kajukenbo trata de coger
lo mejor, mejorarlo aún más y después transmitirlo de unas personas a otras.
Eso es lo que estoy haciendo también con la OMK ”.
Hace cuatro décadas, Sijo nunca podría haber
soñado con alcanzar tal objetivo con la intención de realzar la situación de un
arte marcial estudiado en todo el planeta.
Todo lo que quería hacer entonces era, luchar
mejor.
“Crecí en un barrio de Oahu (Hawai)”, dice
Sijo tranquilamente. “Me interesé por la lucha porque tenía que luchar para
comer. En Palama Settlement, alrededor de Prince Street, todo el mundo era
pobre. Mi madre ganaba 15 centavos por hora en la fábrica Dola, de conservas de
piña. Mi hermana, con sólo 15 años, tenía que ir a los clubes a bailar, donde
los chicos pagaban para poder bailar con ella. Yo vendía periódicos, limpiaba
zapatos, pescaba”.
“Si otro chico estaba limpiando zapatos en el
mismo lugar, estabas perdiendo dinero para tu familia. Tenías que ser capaz de
decirle que se fuera y hacérselo entender”.
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William K. S. Chow |
En los años 30, Emperado estudiaba Kenpo con
el profesor William K. S. Chow. En aquellos tiempos, las artes marciales
hawaianas constituían una pequeña corporación. “Solo había tres escuelas en las
islas”, recuerda Emperado, “en cierto modo, conocías a todos los chicos que
estaban entrenando los diferentes sistemas”. “Siempre ponías a prueba a los otros
chicos”, esboza una sonrisa. “Ver si podías combatir o contrastar lo que él
sabía, o si tu sabías hacer algo que él no podía controlar. Finalmente, en
1947, algunos de nosotros nos unimos. Teníamos nuestros propios métodos y un
grado muy alto en nuestros respectivos estilos. Queríamos crear algo que no
hubiera sido visto antes, un estilo que sería efectivo contra todo”.
Un grupo selecto se unió a Emperado con este
propósito. Eran Peter Y. Choo, campeón de boxeo del peso welter en Honolulu y
experto en Tang Soo Do (karate coreano), Joe Holk, 8º dan de Judo Kodokan,
Frank Ordoñez, profesor de Jujitsu Sekeino, Clarence Chang, extraordinario en
boxeo chino (kung fu). El nombre que
eligieron para su nuevo estilo combinaba lo mejor de lo mejor.
“La gente oye la palabra Kajukenbo y piensa
que no significa nada, o que quizá es una palabra japonesa que no conocen”,
dice Sijo volviendo a sonreir. “Eso no es así en absoluto. Mira, “Ka” es por el
Karate, “Ju” es por el Judo, “Ken” es por el Kenpo y “Bo” es por el Boxeo
Chino. Todo junto es Kajukenbo”.
“Ponerlo todo junto” requería una gran
dedicación. De 1947 hasta 1949 estos hombres pusieron a prueba sus
conocimientos y facultades, los unos contra los otros. Las familias, intereses
exteriores, incluso el puesto de trabajo, pasaron a un segundo plano.
“Nos hicimos una promesa, no hacer ninguna
otra cosa hasta que hubiéramos completado satisfactoriamente este nuevo estilo
de defensa personal. Trabajamos día y noche. Seguíamos mejorando. Finalmente,
lo acabamos”, dice Emperado.
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Fundadores del Kajukenbo |
La flexibilidad del Kajukenbo atrajo
inmediatamente a los estudiantes. Al principio aislado en las islas hawaianas,
el Kajukenbo se extendió al continente cuando Aleju Reyes se trasladó a
California. Con el paso de los años, Sijo quedó como el único fundador activo
del arte.
“Clarence Chang murió en la guerra de Corea y
los otros muchachos más o menos, se
retiraron”, nos dice Emperado. “Ellos me dieron su apoyo para continuar lo que
todos empezamos”. Ahora, el Kajukenbo se practica por todo el mundo.
“Creo que hay dos puntos clave que hacen que
el Kajukenbo se haya vuelto tan popular”, observa Sijo. “el más importante es,
que funciona ! Si te ves en un compromiso con un buen boxeador, o alguien bueno
en Lucha Libre, o bueno en artes marciales, puedes defenderte porque el
Kajukenbo incluye todos los estilos. Por supuesto, eso también lo hace efectivo
para los que desean participar en competiciones”.
“La otra razón es que la gente que se entrena
en Kajukenbo es libre. El Kajukenbo siempre crece, siempre es nuevo. No tengo
ninguna restricción con mis instructores. Yo les digo, si has encontrado algo y
supones que es bueno para enseñárselo a tus alumnos en la escuela, adelante,
enséñalo. Se creativo. No es como algunos otros métodos donde sólo hay una
manera de hacerlo”.
“El Kajukenbo tiene una mentalidad muy
abierta”
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Sijo Adriano D. Emperado |
Como prueba de esa mentalidad y creatividad,
el Kajukenbo tiene cuatro ramas:
- Kenpo. Está
considerado como la base del método. Se considera como la piedra angular o la base
fundamental desde la cual se puede progresar a partir de las aptitudes
individuales del practicante. Sijo describe el Kenpo como “una base que no debe cambiarse, sino
que debemos construir sobre ella”.
- Chuan-Fa. También
conocido como el “primer camino”. Fue desarrollado por Sijo en colaboración con
Al Damascos con la intención de incorporar las características “suaves”
(Kung-Fu) de las artes de combate. La mezcla de las técnicas duras con las
suaves abriría la puerta a los métodos de origen chino, con sus infinitas
combinaciones técnicas.
- Tum-Pai. Continúa
la evolución del método incorporando el Tai Chi Cuan. El profesor Jon Loren
propuso esta idea, con el fin de dar a los estudiantes la oportunidad de
orientarse hacia otros métodos sin abandonar la práctica del Kajukenbo.
- Wun-Hop-Kuen-Do.
Su creador fue Al Dacascos, y lo describe como “la versión china del
Kajukenbo”. Su principal aportación es el dar a los alumnos una gran
versatilidad y un gran potencial de adaptación.
La enorme popularidad del Kajukenbo fue un
gran aliciente para la formación de un órgano director. Así, nació la
“Asociación Internacional de Kajukenbo” (AIK). Las responsabilidades de esta
organización incluyen la adjudicación de grados, apoyar a los instructores y
cuidar de los detalles organizativos.
“Estuve reunido muchas semanas con Bill Owens
(el practicante con grado más elevado en todos los USA en la rama del
Chuan-Fa). Trabajamos a contrarreloj en la AIK ”, comenta Emperado. Representando a 20 grupos
en América del norte y en el resto del mundo, la AIK es una fuente de satisfacción para Sijo.
“Estoy contento de que la AIK exista”, declara. “En el
consejo de directores todos tienen un alto grado, con al menos 20 años de
experiencia. Son buena gente, trabajan muy duro. Estoy seguro de que ellos la
van a hacer triunfar”.
“La
AIK es importante tanto para el estudiante de Kajukenbo como
para los instructores”, continúa.
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Entrenamiento de combate |
Mientras tanto, Sijo Emperado está dedicando
sus esfuerzos a promover otro equipo que beneficiará a todos los seguidores del
arte que él puso de moda.
Su nuevo proyecto se llama “Organización
Mundial de Kajukenbo”. “Esta organización tiene un único propósito, la
enseñanza”, declara Sijo. “La enseñanza es la única preocupación de esta
estructura”.
“La asociación internacional cubre la
necesidad de la estructura organizativa, y la organización mundial se ocupa del
material necesario para la enseñanza. La gente que está interesada en el
Kajukenbo se merece ambas”, dice Emperado.
Aunque los dos equipos están separados, Sijo
descarta claramente cualquier conflicto entre ellos. “No quiero que nadie se
confunda solo porque tenemos dos equipos y dos tipos de iniciativas”, advierte.
“No hay ninguna competencia entre ellos. La organización mundial no tiene
consejo de dirección, no tiene fichas de socios, ningún grado que
conceder. Todo eso pertenece a la
asociación internacional. La organización mundial la componemos yo y la persona
que he elegido para administrarla, el profesor Gary L. Forbach, cinturón
rojo/negro 7º dan”.
“De cualquier forma ¿Cómo puede haber
competencia entre ambas estructuras?”, pregunta. “El Kajukenbo es mio. No voy a
competir conmigo mismo. Quiero que la asociación internacional y la mundial
trabajen juntas”.
Un cartel conmemorativo de Sijo es el debut
de la organización mundial. Emperado también supervisa videos, manuales de
instrucción, libros, seminarios y conferencias. “El Kajukenbo tiene una materia
muy extensa”, remarca su fundador. “La función de la organización mundial es el
ayudar a los alumnos, a los profesores y a las asociaciones de la asociación
internacional a obtener información rigurosa y verdadera”, explica.
“Como
el Kajukenbo, la organización mundial está cogiendo lo mejor de lo mejor y lo
está mejorando. Tendremos una buena enseñanza técnica, pero será incluso mejor,
ya que las nuevas tecnologías como el video nos dan la posibilidad de compartir
conocimientos con mucha más gente. Los alumnos pueden progresar mucho más
rápido y los profesores pueden enseñar mejor. Todo está supervisado por mi”.
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Sijo Adriano D. Emperado |
Sijo Emperado medita sobre sus 64 años de
continua creatividad.”No podemos ser siempre jóvenes. Pero lo que está haciendo
la organización mundial, mantendrá todo actualizado. Lo que está en un video o
un libro siempre será joven”. En un tono travieso añade, “Además, cuando yo
muera, cualquier cosa que tenga la organización mundial se convertirá en un
objeto de coleccionista”.
“No soy un hombre rico, pero soy rico en
Kajukenbo”, dice en un tono serio. “Cuando el Kajukenbo fue inventado hace
tantos años, no lo hicimos para quedárnoslo. Queríamos compartir el arte y
enseñarlo. La organización mundial muestra que después de tantos años,
finalmente puedo enseñarlo en cualquier parte del mundo. Así, puedo legar algo
bueno a esta tierra”.