"El objetivo fundamental del Kajukenbo es hacernos sobrevivir a una agresión en la calle, el resto no tiene ninguna importancia"

viernes, 13 de enero de 2017

Las Guerras de Puños y Palos (Parte 1)

Artículo publicado en la revista Karate Bushido, Diciembre 1990
Autor: Sylvain Salvini
Traducción: César Gómez

  Las “guerras” de puños y palos, que tenían lugar en Venecia en combates públicos, remontaban, según una tradición muy antigua, a alrededor del año 800. Paralelamente a ellas existían los combates a mano desnuda, al boxeo y a la lucha (digamos, al Pancracio…), un poco más codificados, también testificados de forma continua y legal, desde el año 1292 hasta 1574 en el caso de los “palos”, y hasta el año 1705 para los “puños”. Después de estas fechas continuaron celebrándose, pero ya no se trataba de las “melés” generales que tanto gustaban al público (fig: 2, grabado del siglo XVI de Giacomo Franco, 1550-1620, mostrando la melé con palos; fig: 3, melé con los puños). Hay que destacar que estos combates, con puños o con palos, también existieron en Sienna desde el año 1291 según Manzi. Ya indicamos (Revista Karate nº 158) que en esta ciudad, y bajo la influencia de San Bernardino, solo se tolerará el boxeo después del año 1400, sin durar tanto como en Venecia, y los afrontamientos públicos entre los campeones de diferentes barrios se harán a través de carreras de caballos montados a pelo; carreras que han llegado hasta nuestros días, los famosos “Palio”.
Figura 1
  Todas estas prácticas, en realidad, eran entrenamientos militares populares, favorecidos o promovidos por las autoridades de las comunas libres, con el fin de estimular el espíritu guerrero de la población y con la intención de convertirla en apta al combate por la ciudad, como en las ciudades de la Grecia antigua. Por otra parte, el hecho de mantener un cierto antagonismo entre los barrios de una misma ciudad (lo que parece haber sido bastante común en las ciudades italianas) ofrecía otra ventaja; mientras que la gente pensaba en pelearse entre ellos, no pensaban en unirse para protestar y controlar a las autoridades…Esa lección no se perdió, cuando consideramos que hoy en día, se consigue dividir al pueblo en partidos (con nebulosos programas cambiantes a medida que llegan las elecciones) con el fin de asegurar “buenos puestos” a todo un mundo de politicuchos corruptos o representantes de grupos ocultos…Es cierto que el gobierno de idealistas puede generar a veces algunas catástrofes, así nos lo enseña la historia del mundo…Cuando durante el transcurso de los años, en Venecia, las familias patricias monopolizaron el ejercicio del poder, ellas no suprimieron las libertades, otras que la política…y no desarmaron al pueblo como hicieron los regímenes feudales. Como divertida curiosidad, podemos señalar un decreto del Gran Consejo del 20 de febrero de 1567 (ref. Codex Cicogna 2991. II. 18 Bibl. Correr) que castigaba con 2 años de galeras y 200 liras de multa, aquel que fuese detenido andando por la calle con…más de dos armas !!

  Obligados por las invasiones, los habitantes de las ciudades del norte de la laguna emigraron poco a poco a las islas centrales que formaron Venecia (el primer “doge” fue elegido en el año 709). Había dos ciudades vecinas, Iesolo y Heraclea, se dice, enfrentadas permanentemente en peleas y batallas y cuyas poblaciones fueron a instalarse en Venecia, una en los islotes del Oeste, y la otra en los del Este, trayendo consigo a la ciudad su viejo antagonismo. El Gran Canal aún no ejercía sus funciones de frontera entre las dos “comunidades”, esto vino mucho después. Cuando, en 1169, la ciudad fue dividida en seis “sestieri” (sestier = distrito 1/6 = barrio; cada uno de ellos contiene una cierta cantidad de parroquias), a la gente de los “sestieri” orientales se les llamó “Castellani”, debido a que uno de sus barrios se llamaba “di Castello” (“del castillo”), y a los de los “sestieri” occidentales, “Cannazuoli”, probablemente por el barrio “Cannareggio”, y no por el nombre de las “cannes” utilizadas en los combates con palos. Geográficamente, los “Castellani” estaban, en realidad, en aquellos tiempos, a caballo entre una parte oriental del Gran canal, por el barrio “Dorsoduro”, que se encontraba sobre la orilla del lado de los “Cannazuoli”. Entonces, en 1307 (según P. Molmenti; 1311, según G. Tassini), debido a un diezmo “de muertos”, que debía pagarse al obispo, cuya parroquia San Pantalón de ese barrio se negaba a efectuar el pago, al considerar que había obtenido una exención perpetua del obispo precedente (esta desobediencia había dado lugar a que otras cuatro parroquias también se negaran a pagar). Hubo manifestaciones y una refriega en la que falleció el obispo Ramberto Polo.

Figura 2
  Este hecho sucedió cerca del “Rio” (canal), citado por Malcantone y aún hoy día puede verse, en un jardín privado situado junto al canal, una pequeña columna sobre la que se encuentra una estatua muy erosionada, representando a un cura, señalando probablemente el lugar del asesinato. Como consecuencia, estas cinco parroquias fueron excomulgadas, y entre ellas la de San Nicolo dei Mendicoli, que había sido la más encarnizada durante la batalla bajo la dirección de su “doge dei Nicolotti” (una especie de tribuno del pueblo, como en la Roma antigua, que existía para moderar en las decisiones de los gobernantes), de la cual vendrá el nombre de “Nicolotti”; nombre que al principio los Castellani lanzaban como un insulto a sus adversarios y que más tarde se impondrá al conjunto de los Cannazuoli, después de la batalla del 21 de octubre de 1548 en el puente San Barnaba, como explican diversos historiadores (ej: Polpeo Molmenti. Según una obra reciente, Bianca Tomassia Mazzarotti, “Feste Veneziane”, cap. III, Ed. Sanson, Florencia 1961). Las cinco parroquias excomulgadas se desentendieron de los Castellani y, en los combates de puños y con palos, aportaban su ayuda a los Canaruoli; comunidad con la que no tardaron en fundirse. A partir de esta fecha, 1307 (?), el Gran Canal (esta espléndida vía triunfal, ahora de una longitud de 4 km, bordeada de unos 200 palacios patricios con una misma anchura entre fachadas (60-70 m) que los Campos Elíseos de París) será la separación entre los Castellani y los Nicolotti, y esto durante siglos hasta principios del s. XIX. En ese momento, sin duda a causa de la ocupación extranjera, desaparecerá ese viejo antagonismo. Hay que destacar que aquellos que pertenecían a las facciones “Castellana” o “Nicolotta” ( ¡¡ y no solamente los gondoleros !!) se tomaban muy en serio el distinguirse con orgullo y con actitud desafiante (no solamente en los combates) con ropas particulares: los Castellani, boina roja y bufanda roja puesta en la cintura, y los Nicolotti, Boina y cinturón negros; incluso sus mujeres se diferenciaban al llevar una marca, una flor, en un lado u otro del corsé, o de otras maneras. Por supuesto, estas animosidades no existían entre los patricios, que vivían en un lado u otro del Gran Canal… no eran tan estúpidos, incluso si por juego apoyaban a una u otra facción, apadrinaban y entrenaban a los equipos de boxeadores…posiblemente para disfrutar de espectáculos en privado. A finales del s. XVII, incluso hubo algunos que se hicieron construir puentes privados de madera cerca de sus palacios, para ofrecer combates de boxeo los días festivos, después del desayuno: uno fue de los Pisani en San Stefano, otro de Giovanni Loredan; pero el Consejo de los Diez puso fín a esta práctica.

Figura 3
  Desde siempre hubo combates sobre los puentes de los canales, al principio puentes de madera, luego de piedra, pero durante mucho tiempo sin parapetos. La parte superior de estos puentes bombeados formaba (y forma aún) una superficie generalmente cuadrada que podía ser utilizada como “ring” para los combates individuales (por supuesto, no se llamaba “ring”, sino la “piazzola” o “pequeña plaza” del puente…la genial resolución  del famoso problema de la cuadratura del círculo, por denominación “ring = círculo, dado a un cuadrado, le corresponde a los ingleses !!).

  Muchos puentes fueron utilizados para las “mostre” y la”guerre” (esta palabra se empleaba para denominar las melé generales, el combate por equipos, dicho de otra manera, la “frotta”, la otra palabra para los combates individuales). Los nombres de diversos puentes nos llegan desde hace varios siglos; en las crónicas nos señalan los accidentes mortales; en las canciones compuestas a la gloria de los vencedores (se encuentran algunas de ellas en los códices Cicogna, por ejemplo el título de una canción a la gloria de los Nicolotti que ganaron el 20 de agosto de 1679 en el puente San Barnabá); o por célebres encuentros  por la calidad de los participantes, como el del lunes 26 de julio de 1574 en el puente de los “Carmini” en presencia del rey de Francia y de Polonia, Enrique III, anfitrión de Venecia. Asistió a la “guerra de los palos” desde el balcón del palacio Foscarini (fig. 1, vista de ese puente y del palacio, sin la muchedumbre).

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